El sindicato abertzale LAB celebró ayer su Asamblea Nacional, en la que hizo balance de los resultados de las elecciones sindicales y planteó los desafíos en el ámbito sociolaboral y en la nueva coyuntura política que se va consolidando en Euskal Herria. Una lectura rápida de los resultados arroja motivos para la satisfacción, para confiar en un modelo sindical comprometido con el país, confrontado con el capital y pegado a la realidad de los centros de trabajo. Esa apuesta ha sido recompensada con un amplio impulso electoral y popular. A su vez, ello implica un mayor nivel de exigencia y obliga a redoblar esfuerzos para hacer de LAB y del conjunto de la mayoría sindical protagonistas más relevantes de la escena pública vasca, no atrincherados en lo sindical y en la dinámica de respuesta a agresiones -por muy brutales que sean éstas o las que están por llegar- del capital y sus políticos en nómina.

Son tiempos duros para el pueblo trabajador vasco. Tiempos de incertidumbre en los que algunos quisieran instalar el fatalismo y la capitulación ante una agenda de saqueo de los bienes colectivos. Por otra parte, la vasca es una economía con nervio industrial, cultura del trabajo y proyección exterior que supeditada a los dictados de Madrid tiene un difícil porvenir. La ofensiva neocentralista -acompañada vergonzosamente por UGT y CCOO- que pretende vaciar de contenido la capacidad de negociación colectiva y acción sindical en Euskal Herria está en marcha y no conoce descanso. Hoy, para la economía, para la mayoría sindical vasca y de cara a un futuro próspero y de oportunidades para el país, la supeditación al Estado español significa sencillamente merma y atraso.

Por ello, también de la mayoría sindical se espera una inversión cada día más efectiva en favor del cambio político que Euskal Herria desea y merece. Trascender de lo sindical y compactar una nueva alternativa política e institucional de amplia base popular, con vocación de poder y proyecto de país. Organizar la conquista sindical de la política vasca para ponerla al servicio del pueblo trabajador.