Osasuna sigue perdiendo fuelle y ya no recupera en casa lo que deja de ganar fuera. El preparador deportivista, Miguel Ángel Lotina, con un planteamiento conservador, volvió a demostrar que sabe cómo parar a Osasuna y volvió a rascar en una nueva visita a El Sadar. Por su parte, el técnico rojillo, José Luis Mendilibar, no encontró la tecla y algunos de sus sorpresivos cambios no encontraron el efecto deseado.

Al menos, el punto cosechado permite a los rojillos mantenerse fuera del descenso, a un escaso punto de ventaja sobre el Sporting, que es ahora quien marca la delgada línea roja. El cuadro local fue claramente de más a menos, se le fueron acabando el gas y las ideas a medida que avanzaban los minutos y el efecto por el cambio de entrenador comienza a diluirse. Con el paupérrimo balance foráneo que atesora el equipo, el futuro se presenta francamente negro.

Fueron dos de las novedades del once rojillo, Cejudo y Lekic, las que comandaron el acostumbrado inicio rojillo, con mucho dominio y llegada. El cordobés sorprendió gratamente a la grada con su nivel técnico y ganas de desbordar a su par, mientras que el serbio, sabedor de la oportunidad que se le brindaba, cogía el mando ofensivo, haciendo de boya y combinando con criterio.

Ambos protagonizaron las primeras ocasiones locales. El andaluz disparando con la zurda en la frontal del área tras una buena jugada del balcánico por la izquierda, y éste último con una media espuela que no ejecutó correctamente tras asistencia, también por el carril siniestro, de Masoud.

El iraní enganchó el reto lanzado por sus otros dos compañeros y firmó la tercera ocasión de la tarde. Su empalme a bote pronto, previo zapatazo al aire, salió con intención de sus botas, pero el esférico terminó por marcharse fuera, bastante alejado de la escuadra defendida por el «goleador» Aranzubia. No pareció ser suficiente bagaje para Mendilibar, que le reemplazó antes del descanso.

El primer cuarto de hora había sido esperanzador, pero la intensidad fue menguando a medida que avanzaba el choque. Osasuna triangulaba bien, pero el Depor comenzaba a cogerle las hechuras al campo y, bien pertrechado atrás, dejaba de sufrir, aunque también sin inquietar a Ricardo. Un tiro muy flojo de Sand fue su mayor acercamiento.

Sola lo tiene en sus botas

El paso por vestuarios acrecentó la proyección descendente del envite. Los de Lotina le metieron una dosis mayor de adormidera, hasta que Nelson despertó a la grada con un tiro duro y seco que a punto estuvo de sorprender a Aranzubia, quien sacó una mano prodigiosa para evitar el 1-0.

Pero el Depor también dejó de sestear, sobre todo por la salida de Riki en lugar de Sand. La mala colocación de Lolo, anulando el fuera de juego en dos ocasiones, permitió al de Aranjuez rematar en otras tantas oportunidades, una bastante arriba y otra floja a las manos del meta rojillo.

Kike Sola, por el que apostó Mendilibar para el último cuarto de hora, tuvo la victoria en sus botas. Una primera colada acabó con su remate raso, que entre la rapidez del defensa en el corte y el poste, terminó sin premio. Después, consiguió adelantarse al cancerbero gallego, pero su cabezazo se marchó arriba. Decepción final.