Ricardo eludió hablar el pasado lunes. Que quede claro que el jugador, una vez finalizado el partido contra el Levante, dejó caer que podría pasar por sala de prensa al día siguiente, sin comprometerse del todo. Pero lo peregrino de su excusa para no hacerlo -«quiero estar concentrado para el encuentro del miércoles», dijo-, como si hablar a los medios desestabilizara a un futbolista de su experiencia, confirmó que hay algunos deportistas que no encajan especialmente bien las críticas.

El guardameta madrileño no quiso pasar por el trago de que se le interpelara acerca del fallo que cometió en el 2-1 granota, pero su veteranía, peso específico en el vestuario y salario le obligaban a ello. Por si fuera poco, Nelson, su desgraciado compañero de viaje en el citado error, le dejó en evidencia, dando la cara con una franqueza que le honra. El portugués sí que supo estar a las duras y a la altura.