Derrota en La Romareda
Más de lo mismo, pero peor
El Athletic cuaja el peor partido de toda la segunda vuelta y se ve castigado con su cuarta derrota consecutiva ante un Zaragoza que remontó el gol inicial de Fernando Llorente. Los rojiblancos mantienen plaza europea pero su colchón sigue encogiendo.
ZARAGOZA 2
ATHLETIC 1
Amaia U. LASAGABASTER
El Athletic encajó su cuarta derrota consecutiva. Y esta vez no hay excusa, ni consuelo posible. Pese a que el partido se les puso en situación inmejorable -con ventaja ante un rival en situación límite-, los rojiblancos cayeron con merecimiento. Y lo hicieron, que siempre duele más, ante un rival con bastante más voluntad que juego.
Pero es que hay que remontarse mucho en el tiempo para recordar un partido tan malo del Athletic como el que protagonizó anoche en La Romareda. Que no está mal, porque eso se ha traducido en un par de meses largos con buenos partidos, buenos resultados, y a veces hasta las dos cosas. Pero la temporada dura bastante más y los efectos de la espectacular racha que enlazó el Athletic entre el final de la primera vuelta y el principio de la segunda están empezando a diluirse. Afortunadamente, la irregularidad es un mal común entre los aspirantes a la Europa League y eso permite que el equipo de Joaquín Caparrós mantenga plaza europea, pero lo que era un colchón entre tranquilizador y definitivo sigue menguando de semana en semana.
Lo peor es que el Athletic, el primero de su centenaria historia sin un solo jugador vizcaino en el once, no se pareció en absoluto al que viene presentando su candidatura europea desde inicio de año. Al contrario de lo que había sucedido en jornadas anteriores, no mereció más.
Vista la paliza que se habían pegado sus hombres apenas 72 horas antes, Joaquín Caparrós refrescó el equipo. Forzosamente, en el caso de Carlos Gurpegi, lesionado en el entrenamiento de la víspera; previsiblemente en lo que respecta al lateral derecho, con el regreso de Andoni Iraola; y voluntariamente por lo que concierne a la entrada de Markel Susaeta, Igor Gabilondo y, por primera vez esta temporada, Mikel Balenziaga. La apuesta no salió bien. El equipo se pareció poco al del domingo en cuanto a nombres y menos aún en cuanto a imagen. Sólo mantuvo el tipo Fernando Llorente que, con apenas dos balones en mínimas condiciones, fue capaz de fabricar un gol y rozar otro en la recta final que evitó, tirando de bastante fortuna, Toni Doblas. No acompañaron ni la defensa ni el centro del campo, casi despararecidos. Incapaces de crear juego, tampoco supieron frenar al Zaragoza, al que prácticamente le bastó la voluntad para voltear el tanto visitante.
Que llegó pronto. Y pudo llegar antes, porque Susaeta estrelló un centro-chut en el palo a los cinco minutos de partidos. Trece después, Gabilondo colgaba una falta lejana en el área , Llorente andaba listo, Jarosik y Doblas no tanto y el 0-1 subía al marcador.
Una pena que Undiano Mallenco no decretara entonces el final del partido -lo único que pueden reprochar esta vez al colegiado navarro-, porque éste quedó en manos de los locales de forma casi exclusiva. Tirando de la típica cabezonería maña, el Zaragoza se puso manos a la obra. Con un estilo más parecido al del moscardón veraniego, que no para hasta no fastidiar la siesta, que al bisturí preciso de un neurocirujano, pero se salió con la suya. Agobió primero con presencia constante, amagó después con alguna ocasión clara -Bertolo estrelló en el palo una acción anulada por más que dudoso fuera de juego- y acabó celebrando el gol nada más arrancar el segundo tiempo. Fue Jarosik el que se hizo perdonar su error en el tanto rojiblanco para rematar en dos ocasiones dentro del área; la segunda acabó en gol.
Si el Athletic no había sabido jugar con ventaja, tampoco lo hizo con el empate de vuelta al tanteador. Y menos aún cuando se puso por detrás, cosa que sucedió casi de inmediato, cuando Uche culminó una contra batiendo a Iraizoz por bajo. De poco sirvió que Caparrós refrescara las bandas o buscara las ganas de otro jugador con pocas oportunidades esta temporada como Iñigo Pérez. El equipo lo intentó con más rabia, pero poco más. Y como de eso andaba sobrado un anfitrión necesitadísimo de puntos, el partido se quedó como estaba. Porque Llorente pudo salvar un punto con un voleazo que Doblas despejó a córner entre fortuna y reflejos; pero Iraizoz también tuvo que crecer algunos centímetros para despejar un remate de Sinama Pongolle junto al palo. Tampoco valió ese consuelo.
«Derrotado no, fastidiado, que son dos cosas distintas», puntualizaba Joaquín Caparrós a la conclusión del choque. Era como para creerle, porque la cara del técnico era de absoluta contrariedad.
Tampoco es de extrañar, porque su equipo venía de cuajar el peor partido de la segunda vuelta. Un choque en el que «nos ha faltado competir y saber lo que nos estábamos jugando. Era un partido muy importante», subrayó el utrerano. Fue su principal queja y se repitió prácticamente en todos los análisis del choque que realizó. «Hay mucha igualdad en la categoría y los partidos hay que disputarlos al cien por cien durante los noventa minutos. El Zaragoza ha sido muy consciente de lo que se estaba jugando» aseguró, para añadir que «ha puesto más ganas que nosotros».
Una falta de garra que se tradujo en un partido con poco que salvar. «Hemos hecho ataques desorganizados porque no hemos tenido una buena combinación y a lo mejor no hemos estado bien defensivamente porque no hemos apretado bien donde teníamos que apretar. Esto es una cadena, desde el portero hasta la delantera y viceversa. Pese a las derrotas, frente al Barcelona se dio una buena imagen y frente al Valencia también. Pero hoy no hemos dado una buena imagen», admitió.
Con todo, Caparrós espera que lo de anoche «sea un borrón. Tenemos que desconectar y recuperar rápidamente porque no hay tiempo y el domingo tenemos un rival como el Sevilla, que nos puede dar una buena dosis de motivación», deseó. GARA
A excepción de Raúl, al que Joaquín Caparrós tampoco dio opción en Copa, Mikel Balenziaga era el único jugador de la primera plantilla que aún no se había estrenado esta temporada. Lo hizo ayer, partiendo en el once y disputando su primer partido con la camiseta rojiblanca desde mayo de 2009.
Fernando Llorente anotó ayer su 15º gol de la tempo-rada, superando lo que era su mejor registro en Liga, cuando todavía quedan doce jornadas por disputarse. Computando todas las competiciones, la mejor campaña del ariete fue la anterior, cuando anotó 23 goles (14 en Liga, 1 en Copa y 8 en Europa League).