GONZALEZ-LASKURAIN 18

BENGOETXEA-RUIZ 22

Haciendo suyo y bueno el lema de «resistir es vencer» Oinatz Bengoetxea y Patxi Ruiz se han colocado a las puertas de entrar en la liguilla de semifinales. A pesar de sus altibajos en el campeonato, la pareja navarra de Asegarce parece haberse especializado en sacar adelante los partidos igualados y disputados y ayer se las arreglaron para poder sacar adelante un partido en el que estuvieron dominados durante muchas fases del juego.

Sebas Gonzalez y Aritz Laskurain tienen muy interiorizada la fórmula que el año pasado les llevó a la final y que éste les había posibilitado ganar cinco partidos consecutivos y ayer fueron fieles a ese principio, quizá en exceso, pero no les fue suficiente y tuvieron que conformarse con mantener su buen average.

Y todo porque Oinatz Bengoetxea y Patxi Ruiz hicieron todo lo que debían para echar por tierra el guión que los de Aspe habían llevado a su sede del Astelena, un escenario en el que el delantero de Leitza parece tenerle cogida la medida al de Azkaine. El lapurtarra y el guipuzcoano habían avisado que su intención era la de cargar el juego atrás hasta que Ruiz cediese, algo que cumplieron a rajatabla, pero sucedió que el de Lizarra aguantó todo lo que le echaron, por mucho que se le reproduciera el pinchazo en su gemelo izquierdo, o que tuviera que devolver una pelota inverosímil desde el rebote, tras un gran zurdazo de Gonzalez desde el uno y medio.

Incisivo Oinatz

Pero al margen de aguantar, para tener opciones de victoria también era preciso que Oinatz Bengoetxea, además de ayudar a defender a su zaguero, se mostrara incisivo en ataque y acertara en sus remates, y vaya si lo estuvo. Con el endiablado efecto de sus dejadas como principal arma, el delantero de Leitza hizo mucho daño a Gonzalez y, además, minimizó mucho sus errores, por mucho que tuviera que entrar en juego en posiciones nada cómodas.

El partido resultó muy igualado y con varias alternativas en el marcador. Comenzaron mandando los azules, pero pronto tomaron la iniciativa, gracias en gran parte a una pelota que colaboró mucho en poner en práctica la estrategia de atosigar a Patxi Ruiz contra el rebote. El momento en el que el de Lizarra tuvo que retirarse a vestuarios por un pinchazo y con 10-7 en el marcador parecía iba a suponer el principio del fin para los de Asegarce, pero nada más lejos de la realidad. Ruiz se creció mientras que Oinatz comenzó su recital rematador.

Por contra, Gonzalez, que tuvo momentos brillantísimos en la primera parte del partido, comenzó a escurrir entrar al remate, limitándose a poner la pelota lo más lejos posible del frontis, con lo que les costó en exceso sumar tantos.

Por contra Oinatz Bengoetxea estuvo muy valiente y su osadía tuvo el premio de una victoria que los pone muy bien situados para entrar en semifinales.