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Los cuadros de Palazuelo en París llegan al Museo Oteiza para tres meses

El Museo Oteiza presentó ayer la exposición sobre Pablo Palazuelo que podrá verse en Altzuza hasta el 29 de mayo. Este pintor abstracto compartía con Jorge Oteiza la obsesión de «convocar al ser a través de las formas». La muestra, compuesta por unas 80 obras, recoge la etapa parisina de Palazuelo, donde adquirió su madurez definitiva como artista. Se trata de la gran apuesta de este año de la Fundación Oteiza, que comenzó con este proyecto en 2008.

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Aritz INTXUSTA |

La principal apuesta expositiva de este año en el Museo Oteiza ya se ha instalado en Altzuza. Se trata de una recopilación de la obra de Pablo Palazuelo, circunscrita a los casi 20 años que este pintor vivió en París. La exposición, fruto de la colaboración entre las fundaciones Juan March, Oteiza y Palazuelo, cuenta con obras pertenecientes a colecciones privadas y de otros museos, como el Pompidou de París o el Reina Sofía. No obstante, probablemente los lienzos más importantes provengan de la galería Maeght, propiedad de los mecenas que prohijaron a Palazuelo durante su estancia en París.

A Palazuelo le obsesionan las formas, la geometría e incluso el número que se esconde tras las cosas, como a Oteiza. El sentido que desde la dirección del Museo de Altzuza dan a esta exposición es el de entender al oriotarra a través de otros artistas que compartieron época e inquietudes. En este sentido, ambos creadores manifestaron un interés importante por las letras, tanto en la elaboración de teorías artísticas como en poesía. De hecho, varios tomos de Palazuelo se encontraban en las estanterías de la librería personal de Oteiza, aunque no llegaran a conocerse en persona.

En la presentación, el comisario de la exposición, Alfonso de la Torre, dibujó a ambos artistas como «marginales en la práctica y en el pensamiento», ya que su búsqueda de las formas les llevó por derroteros poco explorados y ajenos al resto. De la Torre sostuvo que Palazuelo intentó «convocar al ser a través de las formas», una frase que encaja con la filosofía de Jorge Oteiza. Asimismo, ve en ambos una «intensa capacidad reflexiva» a través de sus distintas expresiones artísticas.

Otra de las similitudes que avalaría la oportunidad de la exposición de Palazuelo sería el compromiso de ambos en buscar el sentimiento primigenio, lo atávico y la memoria sempiterna a través de sus obras.

Aunque la actual exposición sólo se ha podido contemplar antes en los museos que posee la fundación Juan March en Palma de Mallorca y Cuenca, Palazuelo no es un completo desconocido en Euskal Herria, ya que se le han hecho exposiciones en otros museos, como el Guggenheim de Bilbo. Además, entre los museos que colaboran se encuentra el de Bellas Artes de Bilbo. Lo novedoso de la colección que se podrá visitar en el museo de Altzuza hasta el 29 de mayo es su especificidad en cuanto a la etapa pictórica de Palazuelo.

Todos los lienzos se pintaron en el Estado francés, fundamentalmente en el número 13 de la calle Saint-Jaques, un piso que alquiló la familia Maegh para el artista madrileño fallecido en 2007. Según los expertos, fue en ese lugar donde Palazuelo maduró definitivamente como pintor entre los años 1948 y 1967. En los últimos años, el madrileño se aventuró también en el campo de la escultura y algunas de estas piezas se han incluido.

Dibujos sobre mantel

La exposición no se reduce a cuadros y esculturas, sino que ahonda un poco más en la figura de Palazuelo con la exhibición de poemas, inéditos en algunos casos. Además, según comentó De la Torre, el pintor aprovechaba cualquier momento para crear y esto ha querido reflejarse en la exposición con recortes de manteles de papel, en los que Palazuelo ensayó las formas de sus cuadros. Varios de ellos, incluso con manchas de grasa o café.

Al abarcar una etapa amplia del artista, la exposición permite ver la evolución en el estilo y las formas en sus cuadros. La primera de las partes en las que se ha dividido la muestra abarca desde su llegada a París hasta 1954 (Palazuelo ganó el premio Kandinsky en 1953) y, la segunda, desde 1954 hasta el final. No obstante, también se ha reservado un tercer ámbito expositivo «En torno a Omphale», con lienzos y dibujos de gran escala en el que se muestran sus series principales.

El museo Oteiza ha editado para la ocasión un volumen explicativo, que aspira a catálogo razonado de la obra de Palazuelo y en el que se combinan obras pictóricas y poemas.

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