Zapatero acepta ajustar los sueldos a la productividad como exige Merkel
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona llegaron ayer a un acuerdo sobre el Pacto por el Euro, que incluye las exigencias planteadas por Alemania para ampliar el fondo de rescate para los países en apuros. Horas antes de la cita de Bruselas se conocía que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, aceptaba la vinculación de los salarios a la productividad, tal como había exigido la canciller alemana, además de otras medidas liberalizadoras.
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El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, escribió ayer una carta al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que respalda ajustar los salarios a la productividad, una de las medidas incluidas en el Pacto por el Euro que aprobaron ayer por la tarde los líderes de la eurozona a petición de Alemania. «Debemos centrarnos principalmente en eliminar las rigideces de las economías de las economías domésticas. Esto implica prestar atención al mercado laboral, alineando salarios y productividad, e incrementando la empleabilidad y la formación de nuestra fuerza laboral», afirma Zapatero en su misiva, difundida por Europa Press apenas unas horas antes del inicio de la reunión del Eurogrupo.
El mandatario español señala además que «la apertura de los sectores protegidos es de vital importancia» y aboga por una «mayor liberalización de sectores muy vinculados al conjunto de la economía, como los servicios profesionales, el de energía o el de la economía digital».
Ajustes adicionales
En la cumbre de Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona aprobaron el nuevo Pacto por el Euro, que recoge los ajustes económicos adicionales exigidos por la canciller alemana a cambio de reforzar el fondo de rescate para los países con problemas de deuda. El Pacto obliga a los países a retrasar la edad de jubilación, ajustar los salarios a la productividad y también introducir límites al déficit en la Constitución o la ley, entre otras medidas.
Merkel ya había dicho por la mañana que sólo aceptaría reforzar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros si los países con problemas de deuda «hacen sus deberes».
«Tenemos un acuerdo sobre el Pacto por el Euro», anunció Van Rompuy en su cuenta de Twitter a última hora de la tarde.
Ahora, cada uno de los líderes deberá anunciar en la próxima cumbre del 24 y 25 de marzo, o como muy tarde en junio, qué medidas concretas contenidas en el Pacto por el Euro aplicará en su país. Y deberá comprometerse a aplicar estas reformas en un plazo máximo de 12 meses.
El acuerdo alcanzado ayer en Bruselas incluye además medidas referentes a la mejora de los sistemas educativos de cada estado; suprimir «restricciones injustificadas» en el comercio o los servicios profesionales; reducir las cotizaciones sociales; y compensar la reducción de ingresos aumentando el IVA.
Otras iniciativas exigidas igualmente por la mandataria germana deben adoptarse a escala comunitaria, como la armonización de la base imponible del impuesto de sociedades -para lo cual Bruselas presentará una propuesta legislativa el 16 de marzo- o la creación de un sistema europeo de quiebra ordenada de bancos.
El Gobierno luso anunció ayer nuevas medidas de ajuste para reducir su déficit un 3,7% entre 2012 y 2013, entre las que destaca la penalización con un «impuesto especial» de las pensiones superiores a 1.500 euros. Portugal quiso así reforzar la confianza de la Unión Europea en la economía lusa y responder a los llamamientos de sus líderes -entre ellos el de la canciller alemana, Angela Merkel- para que el país profundizase en sus reformas económicas, que entraron en vigor este año.
El nuevo paquete de medidas fue anunciado en Lisboa por el ministro luso de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, antes del inicio de la cumbre extraordinaria de la UE en Bruselas, donde la gestión de la crisis de la deuda soberana en los países periféricos fue el principal asunto a debatir. Y es que Portugal está en el punto de mira de los mercados, especialmente en los dos últimos meses, tras sucumbir Irlanda a las presiones especuladoras.
Entre 2012 y 2013 también se reducirán «los costes en medicamentos y subsistemas públicos de salud», se «racionalizará» la red escolar y caerá el gasto destinado a «beneficios sociales de naturaleza no contributiva». Además, en este mismo período, el Ejecutivo pretende bajar los costes en las empresas públicas, por lo que se revisarán «las indemnizaciones compensatorias, los planes de inversión y sus costes operacionales». GARA