Agentes de la Ertzaintza detuvieron la madrugada de ayer en la localidad de Barakaldo a un hombre de 43 años por agredir a su mujer y amenazarla con un cuchillo delante de su hija. Ambas tuvieron que escapar de su domicilio.

Pasada la medianoche, una vecina alertó a la Ertzaintza de que había oído gritos en una vivienda. Una patrulla se trasladó al lugar y comprobó que el piso, en el que se encontraba sólo un hombre, estaba revuelto, con objetos tirados en el suelo. La víctima y su hija habían huido buscando refugio en la vivienda de un familiar, donde fueron localizadas por los ertzainas.

La mujer les relató la agresión y la amenaza con un cuchillo de cocina de las que había sido objeto, por lo que el marido fue trasladado a dependencias policiales, a la espera de ser puesto a disposición judicial.

Rompe la orden de alejamiento

Por otro lado, la Policía Municipal detuvo por segunda vez en Bilbo a F.S.M., de 31 años, por quebrantar la orden de alejamiento dictada por el Juzgado de Getxo para que no se acerque a menos de 500 metros a su ex pareja.

Los hechos sucedieron el jueves sobre las 22.00, cuando una patrulla de la Guardia Urbana se trasladó a la bilbaina calle Bailén, donde, al parecer, una joven estaba siendo acosada por su ex pareja, sobre la que existía una orden de alejamiento.

Una vez en el lugar, los agentes localizaron a una mujer de 34 años, que estaba nerviosa y llorando, y que les relató que, a menudo, su ex compañero sentimental se presentaba en el local donde ensayaba con un grupo musical.

El individuo fue localizado en esta misma calle, en su confluencia con San Francisco, por lo que fue detenido. Es la segunda vez que se le detiene por el mismo motivo.

Condenada por abuso sexual

En otro orden de cosas, el titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Iruñea ha condenado a una vecina de Sarriguren a un año de prisión por un delito de abuso sexual contra otra mujer, según la sentencia dictada de conformidad.

Los hechos sentenciados ahora ocurrieron en febrero del pasado año en el domicilio de la acusada, quien se encontraba con la agredida, a quien acababa de cortar el pelo y a quien comenzó a besar en la boca y, pese a su rechazo, a tocar los pechos y la zona genital por encima de la ropa «con intención libidinosa», según el fallo.

Por todo ello, el juez condena a la mujer a un año de prisión y dos años de prohibición de acercarse a 200 metros y comunicarse por cualquier medio con la víctima.