Los transportistas de Hiru piden garantías de futuro para el sector
Los responsables del sindicato de transportistas de Euskal Herria, Hiru, anunciaron ayer en Bilbo movilizaciones frente a las patronales Confebask y Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) para exigir garantías de futuro para este sector, que genera el 7% de la riqueza de Hego Euskal Herria, y aporta el 40% de los impuestos indirectos que recaudan las haciendas forales. El elevado precio del gasóleo y la caída de precios «nos llevan a la tragedia», denunciaron.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Los transportistas mantuvieron en 2008 una serie de movilizaciones, paros y protestas durante una semana seguida en Hego Euskal Herria, lo que permitió alcanzar un acuerdo con los cargadores -empresarios- para negociar «unos precios más justos». Sin embargo, la crisis económica y la escalada de precios han vuelto a poner al sector de los transportistas autónomos de Euskal Herria en una «situación insostenible», ya que «miles de transportistas están trabajando por debajo del precio y sin beneficios», dijeron los representantes de Hiru, sindicato de transportistas autónomos de Euskal Herria.
El próximo lunes, 21 de marzo, se concentrarán en Bilbo ante la sede de Confebask y una semana después lo harán en Iruñea, ante la patronal navarra CEN. Exigirán «garantías de futuro» para un sector que genera el 7% del PIB de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, y aporta el 40% de los impuestos indirectos que recaudan las haciendas forales.
Patxi Agirre, secretario general, y Estitxu Ugarte, secretaria técnica y portavoz del sindicato Hiru, reconocieron que la vigencia de aquel acuerdo, logrado tras las protestas de 2008, fue corta. La llegada de la crisis económica fue utilizada por los empresarios «como pretexto» para no cumplir lo firmado, dijeron los representantes de Hiru. A esa situación le ha sobrevenido el incremento de los precios del combustible, que en los últimos seis meses ha aumentado en torno a un 20%. «Supone entre un 40% y un 50% de encarecimiento del coste para el transportista», lo que provoca «una situación alarmante para el sector, que se encuentra a las puertas de una verdadera tragedia», indicó Agirre.
«La especulación sobre el petróleo en los mercados de futuros de Nueva York y Londres, el aumento de los impuestos que gravan el gasóleo y la crisis Libia la estamos pagando los transportistas autónomos, que estamos poniendo dinero de nuestro bolsillo para llevar las mercancías de otros», se quejó Estitxu Ugarte. En este caso, admitió que las protestas ante Confebask y CEN darán paso a otras convocatorias frente a las diputaciones forales y los gobiernos autonómicos. «No descartamos otro tipo de actuaciones, como la huelga, aunque en este momento no está sobre la mesa», precisó.
Hiru tiene claro que las Administraciones públicas «conocen el gravísimo problema al que nos enfrentamos, porque se lo hemos dicho en la multitud de reuniones que hemos mantenido», pero admite que «no ponen las acciones precisas para evitar los abusos a los que somos sometidos», aclaró Patxi Agirre, quien recordó que los transportistas no pueden repercutir el encarecimiento del combustible en su tarifa. Por ese motivo, Estitxu Ugarte dijo que las administraciones deberían cumplir la Ley del Transporte, que indica que «las tarifas y las actividades auxiliares deberán cubrir el total de los costes reales en condiciones normales de productividad y organización».
En los dos últimos años, según los datos aportados por Hiru, se han perdido 3.942 autorizaciones para el transporte de mercancías en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. «A cada vehículo de transporte de mercancías por carretera le corresponde una autorización. Entre el 70% y el 80% de las autorizaciones vigentes en Hego Euskal Herria -explica el sindicato- corresponden a transportistas autónomos, por lo que la mayor parte de las autorizaciones perdidas en los dos últimos años corresponden a transportistas autónomos que han abandonado la actividad». En realidad, a juicio de Hiru, «han sido expulsados del mercado». Los representantes sindicales explicaron con claridad que «tenemos que recuperar la capacidad de ordenar nuestro sector y la capacidad de negociar con los cargadores, para conseguir unos precios dignos que cubran nuestros costes y garanticen un transporte seguro y de calidad».
Porque, como indicó Estitxu Ugarte, los cargadores «nos han estado vendiendo la milonga de que la crisis estaba afectando enormemente a sus cuentas y a sus beneficios. Pero esa situación ha cambiado, y empresas importantes con las que trabajamos como CAF, Gamesa o ArcelorMittal han obtenido enormes beneficios: 129,6 millones, 50,19 millones y 2.140 millones, respectivamente. No podemos vivir y, para quienes trabajamos, se forran», precisó.
Los transportistas de Portugal se enfrentan a los mismos problemas y ayer iniciaron una huelga para denunciar el coste del combustible y la «imposibilidad de trasladar los costes crecientes a los clientes». J. BASTERRA
