Iñaki IRIONDO 

De los múltiples pronunciamientos que ayer volvieron a producirse en torno a la legalización de Sortu hay uno que llama muchísimo la atención. La Unión de Oficiales de la Guardia Civil hizo público un comunicado recogido por las agencias en el que dice que «Sortu sólo tiene un camino para ganar la credibilidad y confianza perdidas: demostrar que no tiene prisa y que está dispuesta a renunciar a las próximas elecciones», y le plantea que «centre sus esfuerzos en asentar su proyecto político, con vistas a las elecciones generales de 2012, y rechazar uniformemente cualquier tipo de violencia terrorista».

Al margen de la consideración que puede merecer el hecho de que una asociación de guardias civiles se dedique a dar consejos a partidos políticos sobre cuándo deben presentarse o no a unas elecciones, hay un dato que no se puede dejar pasar sin glosarlo debidamente. A saber: las demandas de ilegalización de la Fiscalía y la Abogacía del Estado se fundamentan básicamente en los informes del Cuerpo Nacional de Policía española y de la Guardia Civil que concluyen que Sortu «no es más que un instrumento de Batasuna al servicio de ETA». Si eso fuera cierto, Sortu no debería ser legal ni en las próximas elecciones municipales, ni en la posteriores «generales de 2012», ni jamás de los jamases.

Lo que el comunicado de la Unión de Oficiales de la Guardia Civil viene a demostrar palmariamente es que ni ellos mismos se creen el informe de 27 páginas, «con abundante documentación» que han redactado sus compañeros S22.535N, L75.806P y S84.951J y que la Fiscalía y Abogacía quieren que defiendan ante el Tribunal Supremo el próximo lunes.

Si creyeran en sus propios informes estarían pidiendo la no inscripción de Sortu por una cuestión de legalidad, no un aplazamiento voluntario de su presencia electoral por motivos tan etéreos como la recuperación de confianza. De hecho, resulta más que paradójico que la Unión de Oficiales de la Guardia Civil quiera que «un instrumento al servicio de ETA», según han firmado sus compañeros, «centre sus esfuerzos en asentar su proyecto político» para 2012.