«La mitad de Óscar» se basa en la expresividad del silencio para desentrañar el dolor fraterno
El tercer largometraje de ficción del también documentalista Manuel Martín Cuenca acaba de ser premiado en Miami, después de pasar por los festivales de Toronto, Gijón, Hong Kong, Estocolmo y La Habana.M.I. | DONOSTIA
Que Manuel Martín Cuenca es un cineasta a seguir ya daban fe sus anteriores «La flaqueza del bolchevique» y «Malas temporadas», realizaciones con las que el almeriense lograba transmitir una profunda emoción a partir de historias cotidianas. Paralelamente, ha trabajado el género documental con «El juego de Cuba» y «Últimos testigos: Carrillo comunista», títulos ambos de los que se nutre estilísticamente su tercer largometraje de ficción «La mita de Óscar».
Su nueva realización está cerca del documental porque prescinde de la melodramatización, incluso renunciando a la música. Hay un deliberado vaciado de estilo, dejando que la expresividad del silencio domine una sucesión de planos fijos totalmente estáticos, únicamente rota por la inclusión de las escenas en movimiento de los traslados en coche, lo que permite el lucimiento aislado del gran actor Antonio de la Torre como ocasional taxista.
La práctica ausencia de diálogos hace que el espectador cuente con la información mínima, pero el relato encuentra su propio ritmo interno y poder de significación en la pura contemplación del entorno almeriense. El protagonista es un vigilante de unas salinas abandonadas que pasa las horas observando calladamente las montañas de sal, con la única compañía de un jubilado que le visita de vez en cuando.
Podría pensarse en la absoluta falta de conflicto, aunque lo hay como lo había en las películas aparentemente vacías de Antonioni. Se desencadena con la hospitalización del abuelo, cuya consecuencia inmediata es la llegada de la hermana ausente, que regresa del extranjero acompañada de su nuevo novio.
La súbita presencia de la pareja provoca una reacción en el hombre solitario, contrariado por los sentimientos que despierta un pasado que parecía enterrado.
Los celos podrían ser indicativos de un relación pasional entre los hermanos, lo que justificaría el silencio que suele rodear a un tema tabú como el del incesto, y que aquí se extiende al que acompaña al poco transitado paisaje natural del Cabo de Gata.
Título original: «Mugaldekoak».
Dirección: Mireia Gabilondo y Fernando Bernués.
Guión: Patxo Tellería.
Intérpretes: Mireia Gabilondo, Isidoro Fernández, Klara Badiola, Iñaki Rikarte.
País: Estado español, 2010.
Duración: 96 m.
Dirección: Manuel Martín Cuenca.
Intérpretes: Rodrigo Sáenz de Heredia, Verónica Echegui.
Fotografía: R. de la Uz.
País: Estado español, 2010.
Duración: 89 m.
Dirección: Mikael Hafström.
Guión: Michael Petroni, sobre el libro de Matt Baglio.
Intérpretes: Anthony Hopkins, Alice Braga, Ciarán Hinds, Toby Jones, Rutger Hauer, Maria Grazia Cucinotta.
País: EE.UU., 2011.
Duración: 114 minutos.