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Una alegoría romántica sobre los peligros de la clonación en «Nunca me abandones»

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M.I. | DONOSTIA

El tercer largometraje de Mark Romanek se quedó apeado de la competición por los Óscar, cuando en principio era una de las realizaciones con más opciones. Dicha exclusión no se debe a una falta de calidad cinematográfica, sino a su falta de conexión con el público cinéfilo que podía haberla apoyado. La crítica le ha achacado un exceso de frialdad a la hora de adaptar con demasiado respeto la novela de Kazuo Ishiguro, conocido escritor japonés afincado en Gran Bretaña.

De que «Nunca me abandones» no ha encontrado su público habla a las claras su desastroso balance en la taquilla internacional pues, de los quince modestos millones de dólares que costó esta producción independiente, sólo ha recuperado hasta la fecha dos y medio. Cada cual da sus explicaciones al respecto, pero la más evidente es que la película parte de una novela de Kazuo Ishiguro muy arriesgada a la hora de ser llevada a la pantalla. Es del todo diferente de la adaptación que James Ivory hizo de otro libro suyo en «Lo que queda del día», cuyo romanticismo en torno a los sirvientes de la aristocracia británica se prestaba a la exhibición interpretativa de Anthony Hopkins y Emma Thompson.

También Mark Romanek ha querido contar con uno de los mejores repartos británicos, pero ya no se trata de una consagrada pareja madura, sino de jóvenes estrellas alejadas en esta ocasión del cine comercial que les ha dado a conocer. Y el problema es que el público juvenil actual paga su entrada por ver héroes de su edad con los que identificarse y en «Nunca me abandones» no hay lugar para las heroicidades o la rebeldía generacional.

Los personajes de «Nunca me abandones» son sumisos y están resignados a su suerte, tanto en cuanto han sido educados en ello. Son unos clones destinados a la donación de órganos, así que deberán morir cuando se les indique en aras del bien colectivo. La película es una alegoría de los peligros de la ingeniería genética frente a la libertad y sentimientos de los seres vivos. Estos chicos y chicas del internado británico, regido por una fría Charlotte Rampling, sueñan y se enamoran como los demás.

Estreno

T.O.- «Never Let Me Go».

Dirección: Mark Romanek.

Intérpretes: Keira Knightley, Carey Mulligan, Andrew Garfield, Charlotte Rampling.

Música: Rachel Portman.

Duración: 104 m.

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