Italia amaneció ayer tricolor, con cientos de homenajes en todo el país por el 150 aniversario de la unidad (1861), pero con la polémica desatada por el partido federalista Lega Nord, socio de Gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi, que dice no tener nada que festejar.

El presidente de la República, Giorgio Napolitano, acudió por la mañana al Altar de la Patria o monumento a Víctor Manuel II de Saboya, primer rey de la Italia unificada, acompañado por Berlusconi y el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, entre otros.

Ya en la víspera, en la llamada Noche Tricolor, Napolitano apuntó que «si estuviéramos todavía divididos en ocho estados como estábamos en 1860 estaríamos barridos de la Historia. No nos habríamos convertido jamás en un gran Estado europeo».

Un país unido desde hace 150 años, empañado por la polémica de una fuerza territorialmente limitada pero decisiva para la viabilidad del Gobierno como es la Lega Nord, que ha preferido ausentarse de la mayoría de los actos solemnes preparados.

Tras varios actos de sabotaje en los festejos de la víspera y los previstos para ayer, el ministro de Defensa, Ignazio La Russa (PdL, la formación de Berlusconi), afirmó que «la Lega no tiene la obligación de estar presente en las celebraciones por el 150 aniversario, pero sí de respeto. No son aceptables los actos de descortesía y de hostilidad», como ocurrió el miércoles en Milán o en Emilia Romagna, donde en sus consistorios los leguistas se ausentaron cuando sonaron las primeras notas del himno de Mameli.

Y es que Italia y la Lega también mantienen un litigio a propósito del himno de Italia.

El líder de la Lega Nord, Umberto Bossi, ya señaló en 2009 que todo el mundo sabe cantar el «Va pensiero», un coro de la ópera «Nabucco», de Giuseppe Verdi, que el partido federalista ha elegido como himno en sus mítines y actos políticos.

La referencia al sometimiento a la ciudad de Roma puede que sea una de las razones que hace el «Va pensiero» más atractivo para la Lega Nord, una formación que suele calificar a la capital de Italia como «Roma ladrona».

Paradójicamente, Berlusconi acudió anoche en la Ópera de Roma a la representación de «Nabucco», dirigida por Riccardo Mutti.

La polémica la comenzó el ministro para la Simplificación Legislativa, el leguista Roberto Calderoli, que definió el 17 de marzo como «una fiesta loca e inconstitucional».

«La actitud de la Lega hacia el 150 aniversario ofende al Estado, pero sobre todo a la memoria de nuestros padres, que dieron su vida para que nuestro país estuviera unido», denunció el líder del partido opositor Italia dei Valori.

Noi Sud (Nosotros el Sur, siete diputados en Roma), también señaló que «que el Sur no tiene nada que celebrar, ya que la brecha económica que nos separa del resto del país no ha cambiado. Italia sigue teniendo dos velocidades».