Campeonato de Parejas
Irujo no podía faltar en un día así
Acompañado de un David Merino que él solo pasó por encima de Olaizola II-Begino, dio un gran paso adelante en el estreno del Bizkaia.
Jon ORMAZABAL I
La inauguración del megalítico nuevo frontón Bizkaia de Bilbo ha supuesto un hito en la modernización de la pelota y, en una jornada así, no podía faltar el pelotari referente de este siglo XXI, Juan Martínez de Irujo. Tras semanas de dudas, de cuidarse, de tragar mucho y de trabajar más, el de Ibero recuperó sensaciones y en poco más de una semana ha pasado de estar prácticamente eliminado a verse con muchas opciones de clasificarse para la final, ya que el tanteo de ayer lo coloca en una gran posición para asaltar la lucha por otro título.
Sólo el gancho de zurda con los pies más atrás del cuadro cinco que marcó al ancho en el 16-10 mereció que se juntaran 3.000 personas en Miribilla, pero es que además de ese tanto, defendió con sacrificio y acertó en el remate, es decir, estuvo muy cerca del Irujo que todos queremos disfrutar.
Pero si el frontón de Bilbo es una inversión de cara al futuro, el que realmente tiene futuro y mucho en esto de la pelota si es capaz de mantener su progresión es un David Merino que volvió a dejar boquiabiertos a muchos pelotazales con un partidazo impropio de un pelotari con menos de un año entre profesionales. Y es que prácticamente él solo se merendó a la segunda pareja más fuerte de la primera fase. El de Villar de Torre cubrió todos los huecos en las espaldas de su compañero, y exhibió el brillo de su zurda para dominar a Begino, meter dos casi rebotes en un frontón de 38 metros y fallar una sola pelota.
Demasiado recelosos
Para que el partido respondiera a todas las expectativas creadas, faltó que Aimar Olaizola y Aritz Begino rindieran a su nivel habitual. Lejos de aprovechar un escenario tan rutilante para exhibir todo el potencial que llevan dentro, la pareja de Asegarce jugó algo temerosa, como limitándose a llevar a buena, sin tomar apenas riesgos, en una táctica que ya les costó cara en Tolosa ante Xala-Zabaleta.
Y eso que comenzaron mandando en el marcador, gracias a un par de pelotas francas mandadas a la chapa por Irujo y del acierto de Aimar Olaizola en una de las pocas fases en las que tuvo pelota cerca del frontis para entrar al remate.
Sin embargo, su táctica enseguida pareció la de intentar cargar el juego en David Merino, a ver si el joven riojano reventaba, algo que no sólo resultó baldío, sino que el que terminó pagando la factura fue un Aritz Begino que dio la sensación de haberse llenado muy pronto. No es que el de Auza perdiera muchas pelotas, porque en términos generales sólo perdió una clara, sino que le costó moverse y nunca pudo sacar provecho de un altísimo techo que, si a alguien beneficia, debe ser a un pegador con su derecha.
Los azules dominaron en el marcador hasta el 6-3, momento en el que saltaron todas las alarmas cuando Irujo se llevó un fuerte golpe en su rodilla derecha -la de la tendinitis es la izquierda- al tratar de llevar un gancho de saque-vuelta de Aimar al txoko que le hizo cojear ostensiblemente. Afortunadamente sólo fue un susto y no pasó del dolor momentáneo.
Curiosamente, tras este incidente los colorados encadenaron siete tantos consecutivos con los que rompieron el partido ante la falta de respuesta por parte de la pareja de Asegarce, que lo tiene muy complicado.
El «Guggenheim de la pelota», como más de uno calificó ayer al frontón de Miribilla, por aquello de que ha roto completamente con el concepto de frontón que todos teníamos dentro, gustó a los 3.000 aficionados que se dieron cita ayer en el recinto de Miribilla. Hubo algún debate con el mote, porque la sensación de muchos era la de estar en un estadio de fútbol, pero al recinto todavía le falta solera e historia para ganarse los sobrenombres de «Wembley» o «Maracaná».
Tras tantos años de espera por un frontón en Bilbo, la inauguración del Bizkaia se convirtió en un acto social en la capital vizcaina y caras conocidas de todos los ámbitos, desde lo político o lo deportivo a lo cultural, no quisieron perdérselo.
A pesar de algún inevitable extraño en la pared izquierda, lo más importante de todo es que los pelotaris, los principales protagonistas de todo esto, quedaron muy a gusto de la respuesta del frontón para ser nuevo y alguno todavía está «flipando» con unos vestuarios «de Champions».
La única pena fue la ausencia de pelotaris vizcainos en la cancha, porque en las gradas sí que hubo muchos. J.O.