En la N-1, entre Irura, a la altura del puente del Hotel Laskibar, y la salida del túnel de Ordizia. En breve, los camiones que circulen por este tramo lo tendrán que hacer como máximo a 80 kilómetros por hora y los coches a 100. ¿Por qué? Porque allí se ha instalado ya -aunque falta su entrada en funcionamiento- el primer `radar por tramo' no sólo de Gipuzkoa sino de toda la red viaria vasca. Lo que Interior no ha revelado es si ampliará este tipo de radares.

Estos dispositivos constan de dos cámaras instaladas al comienzo y al final del tramo a vigilar -de entre tres a cinco kilómetros de longitud- y son capaces de registrar con gran pre- cisión tanto la matrícula como la hora exacta de paso del vehículo.

Ningún vehículo se escapa

Por una sencilla regla de tres, el sistema calcula la velocidad media mantenida por el vehículo en cuestión y, si es superior a la fijada en el tramo, realiza una fotografía del infractor y la remite por fibra óptica al centro de gestión de multas de tráfico.

De nada servirá cambiarse de carril, ya que todas los sensores estarán interconectados y funcionarán de día y de noche gracias a una iluminación por láser invisible al ojo humano. Tampoco valdrá para nada frenar justo antes de la cámara instalada al final del tramo controlado, ya que el dispositivo calcula la velocidad media y si somos sancionados significará que en algunos momentos hemos su- perado con creces la velocidad máxima permitida.

Su emplazamiento ideal, según sus fabricantes, podrían ser túneles, puentes -especiales puntos negros-, o travesías de acceso al centro urbano de las ciudades.