Segunda victoria foránea consecutiva
Flores rojillas para esta primavera
Casi dos años después se vuelve a golear a domicilio con un fútbol convincente que pone el objetivo de la permanencia a poco más de dos partidos de conseguirlo. Kike Sola anotó por segunda jornada consecutiva un gol de tacón con el que cerró la cuenta osasunista.
Natxo MATXIN I
La primavera no sólo ha llegado en el plano meteorológico, sino también en el futbolístico. La que vive Osasuna desde que Mendilibar llegó al banquillo roiillo, con una estadística sobresaliente de 13 puntos cosechados sobre 18 posibles, la autoestima recobrada cuando se viaja lejos de Iruñea con el segundo triunfo consecutivo fuera de casa -esta vez con goleada incluida- y tercera victoria seguida que pone la permanencia a tiro de piedra.
Es increíble lo que puede cambiar la dinámica de un grupo en poco más de un mes, pasando de ser un bloque cabizbajo, con poca mordiente futbolística y falta de sintonía con su grada, a un once que se ha redescubierto en su juego, que salta al terreno con las ideas claras y el pulso firme, y buscando en todo momento la portería rival. Si esto es culpa de la «política», tal y como sigue blandiendo el victimista míster que estaba llevando a la escuadra navarra al precipicio, pues bienvenida sea la excusa-argumentación y, sobre todo, el cambio producido.
Porque la revolución que se ha materializado es digna de estudio. Osasuna ahora sabe salir con el balón jugado, domina de ese modo al contrario, combina con criterio a banda y de ahí llega el peligro al marco contrario. Con tan sencilla teoría y difícil aplicación, los encarnados barrieron del césped al Hércules, rival directo al que hunden en el puesto de colista, y suman muchas opciones -sin perder la perspectiva- de refrendar el propósito inicial con el que se parte todas las temporadas.
Poco más de dos encuentros separan a los de Mendilibar de un objetivo que hace unas semanas se antojaba arduo y costoso. No es que ahora todo ya vaya a ser chupado, pero si el conjunto navarro sigue en esta misma línea no sólo continuarán los buenos resultados, sino que encima los incondicionales rojillos disfrutarán con el buen hacer de los suyos.
Casi dos años después
El mismo buen hacer que fraguó una goleada a domicilio que no se producía desde hacía casi dos años, cuando un cinco de abril de 2009 Osasuna se imponía a domicilio al Atlético de Madrid -su próximo compromiso tras el parón liguero- por 2-4. Sin olvidarnos de la necesaria dosis de acierto -los de Mendilibar abrieron el marcador en la primera aproximación que tuvieron a la meta de Calatayud- y la solidez defensiva -volvió a acabar con el marcador a cero- de toda la escuadra.
Una buena dinámica, pero sobre todo disposición sobre el campo y método de juego, que también han resucitado a hombres que parecían perdidos para la causa rojilla, caso de Vadocz y Sola, ayer goleadores ambos, especialmente en el caso del cascantino, considerado el último delantero de la plantilla y que ahora mismo es el ariete titular por merecimientos propios.
La ineficacia de los jugadores herculinos, mitad consecuencia de lo poco que les dejaron maniobrar los osasunistas y la otra mitad fruto del mal ambiente que se respira en su entorno, ayudaron a fabricar una goleada que puede considerarse clave en el logro del objetivo citado.
Como partido «redondo» calificó José Luis Mendilibar el 0-4 que cosechó su equipo en el Rico Pérez, en el que más que los goles lo que realmente le llenó fue el estilo de los suyos porque «hemos jugado como queremos, dominando en todas las facetas y sin dejar jugar al contrario».
«Ha salido bien desde el principio, sabiendo llevar el control del encuentro y desarrollando una idea que debe ser la misma para casa que para fuera, porque la única diferencia es el público y éste no juega», explicó el de Zaldibar respecto a la metamorfosis que ha sufrido el equipo y que le ha llevado a obtener dos triunfos seguidos fuera de casa y tres victorias consecutivas totales.
«Se trata de autoestima y seguir creyendo en lo que hacemos», definió el técnico vizcaino, para quien hay que seguir trabajando con humildad porque, «aunque hemos dejado tocado a un rival directo, sabemos que todavía quedan muchos partidos por delante».
Mendilibar reconoció que poco antes del 0-3 vio al equipo «algo relajado», de ahí que optó por realizar un cambio para fortalecer el medio campo -adelantó a Lolo tras meter a Miguel Flaño en el eje de la zaga- y destacó el papel de algunos poco habituales -Vadocz y Masoud-, aunque también atizó a otros, caso de Monreal, de quien dijo que «tiene que atreverse con el 0-0 a hacer más cosas como la del pase del 0-4 -en referencia al túnel a Kiko- porque tiene condiciones y calidad de sobra».
El preparador rojillo volvió a insistir en que no ha sido tanto por su llegada como «por la mentalidad de los jugadores» el cambio tan positivo que se ha producido, algo que pidió «ojalá continúe en las próximas jornadas», si bien reconoció que «una semana pegas botes y otras te dan», a la par que pidió respeto para su colega en el banquillo rival.
Seguramente, anticipándose a lo que posteriormente ocurriría, que no fue otra cosa que el anuncio de la destitución de Esteban Vigo como técnico del Hércules, pese a que el «Boquerón», momentos antes en sala de prensa, se había mostrado con «fuerzas e ilusión» para enderezar el maltrecho rumbo de la nave alicantina, ahora colista de la categoría. N.M.
