REBELIÓN | Blas López-Angulo 2011/3/30
¿Por quién doblan los principios Mitchell?
(...) El documento de Alsasua (14/11/09) de la izquierda abertzale ha evocado explícitamente los Principios Mitchell como guía de actuación. Compromiso que reiteraron tras concluir el debate interno el 15 de febrero del 2010. (...) tras el nuevo comunicado de ETA el pasado fin de semana, corresponde examinar los 6 principios Mitchell, con un mínimo de objetividad, esto es, sin empezar por el final ya predeterminadamente perseguido. Como por otra parte, parece haber sido la pauta dominante a la hora de enjuiciar la legalidad de SORTU: una carrera acelerada por buscar las «pruebas incriminatorias», más que un análisis ponderado del cumplimiento de los requisitos estrictamente legales. No es de extrañar que los medios hablen de fractura en el Tribunal Supremo (rememoranza de «prietas las filas»/derecho penal del enemigo en versión jurídica) antes que de la endeblez del fallo resultante.
(...) Los Principios Mitchell sobrevivieron [en el norte de Irlanda] a la ruptura del alto el fuego que tuvo lugar apenas un mes más tarde, en febrero de 1996, sustentando el proceso real de paz que se reanudó en junio de 1997 con el Gobierno Blair. Se creó entonces una Comisión Independiente Internacional sobre decomiso de las armas presidida por el general canadiense De Chastelain.
El IRA ordenó oficialmente el abandono de las armas en julio de 2005, 9 años más tarde de la declaración de Mitchell; en septiembre de este año se procedió en secreto y ante la Comisión Internacional (...). El decomiso de las armas de los paramilitares lealistas todavía ha sido más tardío, ocurriendo hace apenas unas semanas.
Poco más puedo añadir. Saquen ustedes sus propias conclusiones. Nos queda la última regla:
6. Instar a que los asesinatos y palizas de «castigo» terminen y a tomar medidas eficaces para prevenir tales acciones.
Acaba de publicarse este informe del Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa sobre su visita ordinaria a España en 2007. El sábado, El País «destacaba» la noticia de manera harto curiosa como el amigo Rafael Reig hacía ver en su blog (el informe estaba hecho hacía dos años, pero sólo se hizo público ayer. ¿Por qué?).
No se había publicado nada porque el Gobierno del Estado visitado, en este caso el español, tiene que autorizar su publicación. En diciembre pasado se hizo público que el CPT visitaría de nuevo España este año, y es poco estético (¡sic!, admiración mía) que se realice una nueva visita cuando todavía no se ha publicado el informe de la anterior. (...)