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109ª Paris-Roubaix

Vansummeren saca partido de la falta de entendimiento

El corredor del Garmin logra la victoria de un gregario en el Infierno del Norte.

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GARA | ROUBAIX

Johan Vansummeren, un gregario de historial insignificante y casi dos metros de estatura (1,97 metros), se consagró en la París-Roubaix. La clásica de las clásicas cumplió 109 años, sobre un recorrido de 258 kilómetros con 27 tramos de empedrado entre las dos ciudades francesas.

El corredor flamenco, nacido hace 30 años en Lommel, atacó en el grupo de fugados a 15 kilómetros de la meta y aprovechó la falta de entendimiento entre los favoritos, el suizo Fabian Cancellara, dos veces ganador, y el noruego Thor Hushovd, campeón mundial, para rematar en el velódromo su aventura con un tiempo de 6h07.28.

A 18 segundos llegó el primer grupo perseguidor, encabezado por Cancellara, que no pudo repetir su triunfo de 2010. Con la Vuelta a Polonia en 2007 como única victoria en el campo profesional, Vansummeren remató el perfecto trabajo del equipo Garmin con una inesperada victoria y se mete entre la nómina de nombres ilustres en el historial de la legendaria carrera.

Transcurrieron cien kilómetros antes de que se consolidara una escapada, con Martin Elmiger (AG2R), Timon Seubert (Netapp), Jimmy Engoulvent (Saur), Mitchell Docker (Skil-Shimano), Nelson Oliveira (RadioShack), David Boucher (Omega-Pharma Lotto), Marteen Tjallingi (Rabobank) y David Veilleux (Europcar). Las caídas se sucedieron en el pelotón, pese a que el suelo estaba seco. Tom Boonen, tres veces ganador de la prueba, se vio involucrado en dos y hubo de retirarse. El grupo perseguidor, comandado por el equipo Sky, había quedado reducido a una treintena de corredores a 50 kilómetros de meta.

A 47 kms de la llegada, en un tramo de adoquinado, atacó Cancellara en el grupo de atrás, y respondieron Juan Antonio Flecha, tercero el año pasado, Thor Hushovd y el italiano Alessandro Ballan, que participó pese a las acusaciones de transfusión sanguínea hechas la víspera por el fiscal de Mantua.

La ventaja de los fugados había descendido a minuto y medio, pero Cancellara, Hushovd y Ballan no se entendieron. El suizo no estaba dispuesto a que sus dos peligrosos rivales se aprovecharan de su esfuerzo y renunció a seguir tirando.

Decisiones en el adoquín

Entre nubes de polvo en los tramos de adoquinado, el grupo de fugados recibió una inyección de confianza cuando Cancellara levantó el pie para ceder la responsabilidad a Hushovd y Ballan. Por delante, Lars Ytting Bak (HTC), Gregory Rast (RadioShack), el propio Vansummeren (Garmin-Cervelo) y Maarten Tjallingi (Rabobank) mantuvieron su apuesta y conservaban 35 segundos de ventaja a 16 kilómetros de meta. Con Vansummeren por delante y el noruego Hushovd en el grupo perseguidor, el equipo Garmin Cervelo tenía muy favorable la carrera y no dejó que el triunfo se le escapara en el Infierno del Norte.

«Estaba muy motivado, es mi carrera y había venido a hacerlo lo mejor posible», manifestó el vencedor, que se vio beneficiado de los consejos que desde el coche de su equipo le facilitó su compatriota Peter Van Petegem, ganador en 2003.

Iker camaño

Iker Camaño (Endura Racing) se proclamó el sábado ganador final del Cinturón de Mallorca, prueba donde también se adjudicó la segunda etapa. El santurtziarra amplía su palmarés profesional en el que hasta el momento sólo figuraba una etapa de la Vuelta a Chihuahua.

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