Maite SOROA
Los ecos de «su» manifestación
La manifestación del sábado en Madrid convocada por las intituladas asociaciones de víctimas fue una birria de participación, pero los altavoces mediáticos se encargaron de maquillar el asunto y presentar el fracaso como un éxito sin precedentes.
En «La Gaceta», del grupo Intereconomía, animaban a su tropa y hablaba de «un formidable impulso ciudadano».
A renglón seguido embestían contra ZP: «Zapatero ha estado y está embarcado en sucias negociaciones y maniobras con ETA desde antes de su llegada al Gobierno. Es posible, por cierto, que la supuesta certeza de Zapatero acerca de la autoría del 11-M se deba a la fiabilidad que le merecían las personas con las que en ese mismo momento estaba de compadreo, lo que le permitió la desfachatez de explotar miserablemente en su favor el mayor atentado de la historia de Europa, una conducta que mostró bien claramente su catadura moral, su apuesta por alcanzar el poder a cualquier precio y sin límite moral alguno». Límite moral bien escaso, por cierto, el de quienes estuvieron mintiendo durante dos días y aún, a fecha de hoy, siguen enredando con el caso del 11-M. ¿No les parece?
Pero lo mejor es la resistencia numantina a reconocer la realidad: «La manifestación de ayer tarde pone de manifiesto que cada vez son más los españoles dispuestos a resistir las mentiras del Gobierno, sus caramelos envenenados, sus palabras de bella apariencia pero de siniestra intención». Si atendemos a los datos fríos, habría que concluir que cada vez son menos y no más los españoles que muestran esa disposición.
Lo que tienen claro en «La Gaceta» es que «no se puede seguir negociando nada ni practicando ninguna clase de atajos con quienes no quieren otra cosa que imponernos sus exigencias, humillarnos y doblegarnos. El PSOE, ahora que está a tiempo, debería deshacerse de una buena vez de Zapatero y de Rubalcaba, que son los últimos responsables de una política indigna y, lo que es peor, completamente inútil». Tengo para mí que la negociación y el diálogo van a ser más útiles para todas y todos que la represión, que ya se ha acreditado inútil durante décadas. Pero aquí lo que algunos pretenden es mantener la imposición de un marco en el que sólo ganan ellos.