La ópera prima de Josh Radnor es la prueba fehaciente de que la comedia independiente y las series televisivas de los canales privados cada vez se tocan más. El actor de la serie “Cómo conocí a vuestra madre” no ha tenido que transformarse mucho para convertirse en la pieza clave de esta película de historias cruzadas, consiguiendo para “Happythankyoumoreplease” el Premio del Público en el Festival de Sundance. Explicable, porque sin dejar de ser fiel a los tópicos del cine indie consigue cierta frescura en el tratamiento de los personajes y las situaciones que viven. Su mayor cualidad, como la de cualquier otra obra coral de su tiempo que se precie, es la de contener un retrato generacional muy válido. Describe con acierto a los que ahora mismo están entre la veintena y la treintena, sintiéndose perdidos en medio de grandes urbes como Nueva York. La paradoja que vive el aspirante a escritor al que da vida Josh Radnor es que, por si no bastara con su propia desorientación, ha de cargar circunstancialmente con un niño afroamericano abandonado en el metro.

«Happythankyoumoreplease» está siendo considerada por muchos como la versión juvenil o actual de las comedias de Woody Allen, tal vez debido a que las tres parejas que presenta en escenarios neoyorquinos, no lo olvidemos, personifican las contradicciones del ser humano en su búsqueda errática de la felicidad. Al igual que sucede con la sencilla frase en contenido del título, que se convierte en un trabalenguas dicha de corrido, las personas nos complicamos la existencia en lugar de ir directos a por esa normalidad que tanto decimos perseguir. Un claro ejemplo de la habilidad innata para poner barreras donde en principio no tendría porqué haberlas lo expone la pareja que forman Zoe Kazan y Pablo Schreiber, ya que ella no está dispuesta a abandonar la Gran Manzana cuando a él le sale en Los Angeles una oferta de trabajo, entrando en un conflicto de muy difícil resolución para fijar su definitiva residencia en común.