Tokio amplía el área de evacuación un mes después del terremoto
Las autoridades japonesas decidieron ayer ampliar el área de evacuación en torno a la central nuclear de Fukushima I cuando se cumple un mes del terremoto y posterior tsunami que causó más de 27.000 muertos y desaparecidos. Ayer mismo se produjo una nueva réplica de 6,6 grados de magnitud y una alerta de tsunami, desactivada poco después, mientras la situación en la planta nuclear accidentada sigue siendo precaria.
GARA | TOKIO
El Gobierno de Japón ha decidido ampliar el perímetro de seguridad en torno a la central nuclear de Fukushima I más allá de los 20 kilómetros establecidos actualmente como área de evacuación, con el fin de incluir ciudades y aldeas que han acumulado altos niveles de radiación. Las autoridades evacuaron en su día a los residentes en un radio de veinte kilómetros y recomendaron a quienes viven a una distancia de entre veinte y treinta kilómetros que no salieran de sus casas.
«Estas regiones pueden acumular niveles de radiación de 20 milisieverts o más durante un periodo de un año», declaró el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, al referirse a la aldea de Iitate (a 40 kilómetros de la planta accidentada), la ciudad de Kawamata y a otras zonas.
Indicó que el riesgo de fuga se ha reducido considerablemente, pero agregó que la exposición prolongada a dosis bajas de radiación pueden constituir una amenaza que justifica la medida de precaución adoptada.
Edano matizó que a los habitantes de esas áreas «no es necesario evacuarlas inmediatamente», aunque admitió que lo deseable sería proceder a su evacuación en el plazo de un mes.
Más allá de los 20 kilómetros iniciales del perímetro de seguridad, el Gobierno ha previsto que los habitantes de lugares concretos, pero no de un área circular, abandonen sus hogares. Alrededor de 147.000 personas han sido instaladas en centros de evacuación repartidos en 18 prefec- turas del país y no prevén volver a sus casas a corto plazo, ya que la gran tarea de limpieza de los millones de toneladas de escombros, paso previo a la reconstrucción, acaba de comenzar.
Los seis reactores de Fukushima I resultaron dañados el 11 de marzo por el fuerte terremoto y el devastador tsunami que le siguió y han estado filtrando partículas radiactivas a la atmósfera y vertiendo agua contaminada al mar. Varias organizaciones internacionales y organismos como la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) habían insistido en las últimas semanas en que se ampliara el área de evacuación.
400 réplicas
Una nueva réplica, en este caso de 6,6 grados en la escala de Richter, y una alerta de tsunami, que fue desactivada poco después, «conmemoraron» ayer el primer mes de la trágica sacudida que causó una crisis humanitaria y, sobre todo, nuclear sin precedentes. El último balance oficial de víctimas se acerca a 27.000, con 13.116 muertos y 14.377 desaparecidos, mientras que las réplicas se siguen sucediendo y se han contabilizado ya más de 400, algunas de ellas muy potentes.
La réplica de ayer, que causó al menos dos muertos y corrimientos de tierra que sepultaron varias viviendas, se produjo a trece kilómetros de profundidad y el epicentro se ubicó a uno 38 kilómetros al oeste de la localidad de Iwaki, a 71 al norte de Mito y a 81 al sur de Fukushima, en la misma zona ya devastada el pasado 11 de marzo.
La empresa operadora de la central de Fukushima, Tepco, ordenó la evacuación inmediata de los técnicos que trabajan en la planta, cuyos reactores 1, 2 y 3 se quedaron sin suministro eléctrico durante una hora, aunque no se detectaron nuevos daños en las instalaciones.
Unas horas antes de esta fuerte réplica, el Gobierno había mostrado públicamente un cauto optimismo en la creencia de que la peor situación parecía haber sido evitada en Fukushima I. «El riesgo de que la situación en la planta nuclear se está deteriorando y de que puede derivarse en una nueva y mayor fuga radiactiva se ha reducido de forma significativa», dijo Edano, quien, sin embargo, se lamentó de que «no vemos signos de mejora real».
Un mes después, los expertos creen que lo peor se ha evitado, pero afirman que la situación es precaria. Advierten de que la crisis nuclear está lejos de terminar y de que se necesitarán semanas o meses para estabilizar la situación. «Hay que temer los efectos de las réplicas, porque la estructura está muy dañada y el riesgo de explosión del hidrógeno persiste», alertó uno de ellos.
Miles personas guardaron un minuto de silencio a las 14.46 hora local, en la devastada región de Tohoku (noreste de la isla de Honshu) para recordar a las víctimas del terremoto de nueve grados de magnitud y del posterior tsunami que arrasaron la zona hace un mes.
Los dirigentes de los principales partidos de la oposición japonesa exigieron ayer la dimisión del primer ministro, Naoto Kan, tras la derrota de su partido, el Partido Democrático (PD) de Japón, frente al opositor Partido Liberal Demócrata (PLD) en las elecciones del domingo en varias prefecturas de Japón, las primeras tras el seísmo y el posterior tsunami del 11 de marzo.
Este resultado ha sido un golpe para el PD, que llegó al Gobierno tras arrasar en las elecciones de agosto de 2009 y poner fin a medio siglo de poder del PLD. Pese a contar con una amplia mayoría en la Cámara Baja, el PD perdió en julio de 2010 el control del Senado, lo que permite a la oposición bloquear sus iniciativas.
Según un sondeo a pie de urna de la agencia Kyodo difundido ayer, si se celebraran elecciones generales a corto plazo, el 30,7% de los electores votaría por el PLD y sólo un 16% lo haría por el gobernante PD.
La cita del domingo era el primer examen al Gobierno tras el desastre del 11 de marzo. Y está visto que no sólo el país sufre las réplicas del sismo, sino que éstas afectan también al PD, que ha cumplido las previsiones que le auguraban una derrota por su mala gestión de las crisis humanitaria y, sobre todo, nuclear. GARA