Siria tiene desde ayer un nuevo Gobierno que se encargará de llevar adelante un programa de reformas, un anuncio que coincidió con la decisión del presidente, Bashar al-Assad, de liberar a las personas detenidas desde el inicio de las protestas, salvo a quienes «cometieron actos criminales».

El Ejecutivo dirigido por Adel Safar, ex ministro de Agricultura, deberá, entre otras cosas, levantar la ley de emergencia en vigor desde 1963, liberalizar la prensa e instaurar cierto pluralismo político. Las reformas figuran entre las principales demandas de los manifestantes.

Los ministros de Defensa, Ali Habib; Exteriores, Walid Muallem, y Petróleo, Sufian Allau, mantienen sus cargos, informó AFP. El anterior Gobierno, dirigido desde 2003 por Mohamad Naji Otri, presentó su dimisión el 29 de marzo.

Por otro lado, la televisión pública anunció que Al-Assad decidió «liberar a todos los detenidos en los recientes acontecimientos, exceptuados aquellos que cometieron actos criminales contra la patria y los ciudadanos». La cadena no precisó el número de personas que quedarán en libertad. Los liberados en Banias denunciaron haber sido torturados.

Las manifestaciones, que comenzaron el 15 de marzo, fueron reprimidas por las fuerzas del orden, que detuvieron a decenas de personas y mataron a más de cien, según activistas de derechos humanos.

Las autoridades acusan a «bandas armadas» de haber disparado contra manifestantes y fuerzas de seguridad.

Un soldado muerto

Ayer, en un enfrentamiento armado un soldado murió y otro resultó herido en Banias cuando unos francotiradores dispararon contra su patrulla, informó la agencia oficial Sana, que tildó a los autores del ataque de «banda criminal».

Antes del suceso, las autoridades y los habitantes de Banias llegaron un acuerdo que permite la entrada del Ejército en esta ciudad multiconfesional para restablecer el orden y perseguir a «los elementos de las bandas armadas» que han provocado disturbios y que, según Rami Abdel Rahman, presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, son cercanos a la Policía secreta.

Por otra parte, un hombre presentado como el jefe de una célula «terrorista» por la prensa siria dijo haber recibido armas y dinero de un diputado libanés para fomentar las protestas contra el régimen sirio.

Por este motivo, entre 400 y 500 camiones estaban retenidos del lado sirio de la frontera, debido a los «reforzados» controles, según los servicios de seguridad libaneses. Dos personas fueron detenidas en el paso fronterizo libanés cuando trataban de pasar a Siria sendos vehículos con armas.