Rubalcaba confirmó ayer que tiene un «acuerdo de fondo» con el PP para «impedir que alguien entre por la puerta falsa en instituciones democráticas». Y una de las «dos lupas» que aplicará el Ministerio de Interior sobre Bildu es la de la Ertzaintza. El consejero Rodolfo Ares lo repitió ayer en el Parlamento de Gasteiz.

Según Ares, la Fiscalía les remitió el pasado 5 de abril un oficio para que establecieran «los operativos necesarios al objeto de analizar las posibles candidaturas que pudieran buscar subterfugios para estar en las elecciones burlando la ley». Por ello, Lakua se coordinará con Madrid para intercambiar información y remitir a la Fiscalía «los informes y documentación que dispongamos las diversas policías».

Al margen de otras consideraciones -como las referentes a que dirigentes del PSE digan que no ven nada ilegal en Bildu y otros ordenen que se investiguen sus listas-, hay una cuestión de fondo que resulta sumamente preocupante: ¿Por qué la Ertzaintza, y el resto de policías, disponen de datos sobre la militancia política de la ciudadanía?

El dossier que la Ertzaintza envió a la Fiscalía en setiembre y que sirvió para prohibir la manifestación de Adierazi EH puso de relieve que lleva décadas acumulando datos sobre determinadas personas. En relación a una de las convocantes, se relataba no sólo todas las veces que había aparecido en boletines oficiales como candidata de HB, EH u otras listas, sino también le atribuían la pertenencia a órganos internos de HB a principios de los años 90.

A preguntas de EA, el Departamento de Interior (hoy en manos del PSE, pero antes monopolizado por el PNV) intentó justificar esos datos con fotocopias del diario «Egin». En primer lugar, llama la atención que la Policía guarde aún en sus archivos noticias de una rueda de prensa sobre presupuestos de 1991; pero mucho más inquietante es que las fechas y los datos remitidos por la Ertzaintza a la Fiscalía no coincidan con esas noticias, lo que supone que provienen de otro archivo.

La asociación de abogados Eskubideak ya ha requerido a la Agencia de Protección de Datos y al Ararteko que indaguen sobre estos ficheros.

Por cierto, en aquel mismo dossier se aclaraba, en relación a Txema Azkuenaga, ahora candidato de Bildu a la Alcaldía de Bilbo, que a 7 de setiembre de 2009, «consultada la base de datos de la Ertzaintza, no constan datos reseñables de esta persona».