Martín Lasarte no dio importancia ayer a su futuro, que depende del resultado del partido de mañana contra el Sporting, y sobre su situación declaró que «juro de corazón que no me ha llegado nada. Está claro que las leyes del fútbol lo son aquí y en todos los lados, pero mi pensamiento sólo está puesto en superar a un rival difícil que ha hecho una gran segunda parte del campeonato. Todos mis sentidos están volcados en superarlo. Todo lo demás, veremos...».

Aseguraba que, en ese aspecto, ha vivido la semana «con total normalidad, sin diferencia con otras. Cuando ganas y hay una dinámica positiva todo va mejor, hay más optimismo. Cuando no va tan bien hay que apretar más los dientes, buscar más respuestas. Esta semana hemos trabajado e intentado dar seguridad en cosas que no funcionan, hablar con los jugadores y darles tranquilidad y confianza. Los momentos buenos y los malos terminan y vamos a buscar que finalice éste».

Para romper mañana la racha negativa, Lasarte recurrió desde el pasado domingo al comodín del público. Ayer reiteró que «si los resultados no se dan, hay que tirar de todo. La gente juega su rol y me congratulo de que nos ayude. La gente no puede ganar partidos, pero ayuda».

Para que la grada apoye, asume que «dar una buena primera sensación es importante. Hay que dar a la gente para que te dé. Si el equipo está intenso, con deseo, la gente lo va advertir y te va a acompañar. Nadie regala aplausos si los que están dentro no corren, pelean y sudan... Si además de eso, hay acierto y metes un gol sería fantástico».

Lasarte admitió que marcar primero «es un elemento importante. Últimamente siempre nos hemos visto detrás y no hemos sido capaces de modificar las circunstancias. Si tenemos la suerte de hacer un gol va a dar mucha tranquilidad al equipo».

Meter y no recibir

También la Real ha ganado en Anoeta sólo los ocho partidos en los que no recibió gol y por eso añadió que «tanta importancia tiene meter primero como que no te metan. En la medida que los minutos pasen y logremos dar sensación de seguridad y solidez, eso va a asegurar otras cosas». Por eso destacó la importancia de «tener paciencia y tranquilidad, se trata de ganar en los primeros minutos y en los últimos». En esa situación de ansiedad ve a los jugadores «bien. Nadie quiere perder lo que tanto costó ganar, pero que esto no se transforme en una mochila pesada».

Apuntó que si la Real llegara de otra forma a siete jornadas del final con cinco puntos sobre el descenso la visión sería distinta, pero «está muy cercano lo que al club le ha tocado vivir, sumado a que en siete jornadas llevamos un punto y en un estado de forma no bueno. Uno puede perder y el equipo está vivo, pero no hemos hecho buenos partidos. Es la suma lo que da esa sensación de crisis, nervios o miedo. No es consuelo, pero muchos equipos están peor y si volvemos a ganar al Sporting estaremos en una situación buena. La pena es haber llegado a esta situación, pero nos hemos metido en este baile que no deseábamos y debemos ser capaces de solucionarlo».

No quiso dar pistas sobre el once. Se limitó a decir que Illarramendi y Cadamuro pueden contar y que por eso no jugarán hoy con el Sanse. Reiteró que Ifrán puede aportar más en las segundas partes y vino a confirmar la titularidad de Tamudo. Llegó a considerar una «irrespetuosidad» que se le cuestione: «Tiene mucho recorrido, muchas batallas y confío en él».

Sobre las ventajas y desventajas de contar con veteranos o jóvenes dijo que «el que tiene más recorrido tiene una leve ventaja, la gente con experiencia es importante que esté, aunque sea no jugando. Porque hay gente que no juega y tampoco está. Puede no estar en el campo, pero tiene que estar y hay maneras de estar. También hay gente joven que es capaz de afrontar estas situaciones con desparpajo, que no están contaminados y que pueden ayudar a modificar las cosas». Veremos cómo se traduce esto en la convocatoria de hoy y la alineación de mañana.