Cientos de palestinos se manifestaron ayer en las calles de Gaza y Ramallah para mostrar su repulsa por la muerte a manos de un grupo extremista salafista del activista y periodista italiano Vittorio Arrigoni, de 36 años, ejecutado en la madrugada de ayer. Diversas fuentes aseguraron que los palestinos estaba «en estado de shock» y hubo quien señaló que la muerte de Arrigoni es «una gran vergüenza para el pueblo palestino, que no ha sido capaz de proteger a una persona que vino a expresarnos su solidaridad».

El activista italiano residía desde 2008 en Gaza, a donde llegó en un barco del «Movimiento Liberad a Gaza» para romper el bloqueo israelí y donde permaneció llevando a cabo proyectos pacifistas y de sensibilización y lucha no violenta contra la ocupación israelí.

El cuerpo de cooperante italiano fue hallado de madrugada ahorcado en una casa abandonada de un barrio de Gaza, según declaró una fuente de los servicios de seguridad de Hamas. Los servicios de seguridad «encontraron el cuerpo del rehén muerto desde hacía varias horas antes de manera atroz, y el examen preliminar probó que el asesinato fue cometido poco después del secuestro», agregaron las fuentes.

Arrigoni, miembro de la ONG Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), había sido secuestrado unas horas antes en Gaza y sus captores le acusaron de difundir «vicios occidentales» y aseguraron que lo matarían en un plazo de 30 horas si Hamas, no liberaba a varios detenidos salafistas, entre ellos el líder del grupo Tawhid wa al-Yihad, jeque Hicham al-Saedini, arrestado en marzo. Sin embargo, el activista fue ejecutado antes de que expirara el ultimátum.

Los secuestradores colgaron un vídeo en la red, en el que Arrigoni aparecía con signos de maltrato. Sus autores no se identificaban, pero se alineaban con la corriente del extremismo salafista, a la que Hamas vincula con Al-Qaeda.

En una nota, Tawhid wa al-Yihad negó haber cometido el crimen, que calificó de «resultado natural de la política de represión ejercida por Hamas y su Gobierno contra los salafistas».

El Gobierno de Hamas condenó «este crimen atroz que no refleja nuestros valores, nuestra religión, nuestras costumbres y tradiciones» y afirmó que perseguirá a sus autores. Agregó que las fuerzas de seguridad identificaron rápidamente a un «integrante del grupo que entregó a los otros miembros y mostró el lugar en donde se encontraba el activista», intervención que tuvo lugar tras la muerte de Arrigoni.

La ANP y la Yihad Islámica también condenaron este crimen.