Los rojillos vuelven a caer en El Sadar
Tres derrotas consecutivas tras el parón diluyen el efecto Mendilibar
La indefinición en determinadas fases del sistema de juego a aplicar ha derivado en varios errores defensivos que les han costado muy caros a los navarros. Un calendario muy exigente obliga a apretar los dientes y conseguir por lo menos otros siete puntos.
Natxo MATXIN
Definitivamente, a Osasuna no le sentó nada bien el parón liguero que se produjo en la última semana de marzo. Los rojillos venían de golear a domicilio al Hércules, un rival directo, e incluso se oyeron por entonces voces que hablaban de posibilidades matemáticas de luchar por una plaza en Europa. Nada más lejos de la realidad, tres derrotas consecutivas han colocado a los navarros en su sitio y, una temporada más, habrá que sufrir para salvarse.
El encuentro frente al Atlético de Madrid no sólo supuso la pérdida de tres puntos, sino la aparición de numerosas dudas ante el estilo de juego impulsado por Mendilibar, muy bien contrarrestado por los colchoneros y con numerosos errores propios, especialmente en defensa a la hora de tirar la línea del fuera de juego.
Desgraciadamente, ese poso ha quedado latente para sucesivos encuentros, como se demostró ante el Sporting y el domingo frente al Athletic. En ambos casos, el equipo ha estado a dos aguas en el sistema de juego a aplicar, incapaz de trasladar al césped las órdenes de su entrenador, que ha venido solicitando a sus pupilos de manera insistente la suficiente inteligen- cia como para saber leer el partido en momentos puntuales y utilizar a conveniencia un estilo de toque o de fútbol directo.
Esa indefinición y, como consecuencia de ello, los numerosos y flagrantes errores defensivos han derivado en una cosecha nula de puntos, cuando si la escuadra navarra hubiera sabido, al menos, no perder estaría ahora mismo en una situación bien diferente, a poco más de un envite para confirmar la meta de la salvación.
También hay luces
No todo van a ser sombras en esta reciente caída libre de la escuadra rojilla. Hay algunos aspectos que merecen resaltarse y pueden ser la base para una necesaria remontada del vuelo. Para empezar, y pese a las deficiencias apuntadas, a la forma- ción dirigida por Mendilibar no se le ha olvidado jugar al fútbol, al menos en determinadas fases, como demostró en la primera parte contra el Athletic.
A ello hay que sumarle el buen momento de forma de Kike Sola, con sus cuatro dianas en cinco partidos. Sin un hombre acertado de nada sirve el esfuerzo de todo un equipo que, como tercera cuestión a su favor, sabe manejarse en estas situaciones.
La tensión del momento impidió que siquiera se diese cuenta de que era atropellado por Iker Muniain en la jugada del segundo gol, de ahí que no protestara, pero Nelson la vio después en televisión y, como muchos aficionados, coincidió en que «me empujó».
Ahondando en el desgraciado lance para los intereses osasunistas, el internacional portugués aseguró que tenía el balón «controlado», pero que Ricardo, en lo que sin duda fue una salida alocada, «lo vio de una forma e intentó tirarla fuera», aunque el mejor de los rojillos sobre el césped quiso quitarle hierro al asunto al comentar que «son jugadas en las que hay que decidir, bien o mal».
Todavía sin explicarse cómo se pudo perder un encuentro en el que pensaba «que marcaríamos varios goles tras quedarnos uno más», Nelson admitió que el sentimiento de la plantilla era de «tristeza y frustración» tras caer en el derbi ante el Athletic, pero contrapuso que «eso ya es pasado y ahora hay que mirar lo que tenemos delante y luchar por los objetivos».
Y lo más inminente no es moco de pavo, nada menos que el considerado mejor conjunto del mundo, «un equipo casi imbatible, que juega todos los partidos para ganar, pero en fútbol somos once contra once y cualquier cosa puede suceder», comentó.
«La gente mira el calendario y cree que es imposible, pero nosotros no pensamos así porque somos un equipo que damos la vuelta siempre que lo precisamos. La clave está en que ahora dependemos de nosotros mismos», añadió. N.M.
No tendrá que hacer muchas cábalas José Luis Mendilibar para elegir la convocatoria rojilla que se desplazará a Barcelona, pues el técnico vizcaino dispone sólo de 18 hombres de la primera plantilla. A las ausencias obligadas por sanción de Sergio, Puñal y Soriano hay que añadir la lista de lesionados, que la forman Rúper, Aranda y Masoud.
Los equipos cadetes e infantiles rojillos ganaron sus respectivos compromisos -algunos con goleada- sin encajar ningún tanto. Así, el cadete A se impuso con claridad al River Ega (9-0), mientras que el B hizo lo propio con el Iruña a domicilio (0-3). Por su parte, el infantil A ganó con solvencia 0-6 a Oberena y el B venció también a Oberena por 3-0.
