El conflicto libio ya se ha cobrado mil muertes en un mes y medio en Misrata
En las seis semanas que han transcurrido desde que las tropas aliadas intervinieran en el conflicto libio, al menos mil personas, en su mayoría civiles, han perdido ya la vida en la asediada Misrata. Cientos de personas esperan la oportunidad de huir de esta ciudad.
Marc BURLEIGH (AFP)
Al menos mil personas han perdido la vida en seis semanas en la ciudad de Misrata (este), asediada por las tropas de Muamar al-Gadafi, aunque los bombardeos disminuían en Libia, al cumplirse un mes desde el inicio de la intervención de las fuerzas internacionales.
«El 80% de los muertos son civiles», declaró el administrador del hospital de Misrata, el doctor Jaled Abu Falgha, quien añadió que los combates han dejado también 3.000 heridos.
Sólo el domingo murieron al menos 17 personas y otras 71 sufrieron heridas de gravedad en esta ciudad, situada a 200 kilómetros al este de Trípoli, agregó el sanitario.
El médico afirmó que desde la pasada semana ha encontrado en pacientes graves heridas supuestamente causadas por bombas de fragmentación, armas que están prohibidas, pero que, según Human Rights Watch (HRW), las tropas de Gadafi estarían usando desde el jueves.
Pese a las acusaciones de los rebeldes en ese sentido, el Gobierno libio ha negado categóricamente haber empleado ese tipo de armamento.
El sábado, la ONG Médicos Sin Fronteras evacuó por mar desde Misrata a 99 heridos en estado «crítico», ya que no existe otra vía para abandonar esa ciudad.
Unos 1.000 inmigrantes, en su mayoría egipcios y nigerinos, siguen a la espera de ser evacuados en un campamento improvisado, cerca del puerto de Misrata, en condiciones sumamen- te difíciles, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En el resto del país, un mes después del inicio de la intervención aliada, los combates continuaban en Nalut (oeste) y Ajdabiya (este), un estratégico nudo de comunicaciones que lleva a Bengasi, bastión de los rebeldes.
El domingo, las fuerzas progubernamentales atacaron la ciudad de Nalut, cercana a la frontera con Túnez.
En una entrevista con «Le Parisien», el ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, estimó que «hay un cierto riesgo de que la guerra pueda durar, ya que Gadafi y Libia no son completamente previsibles».
Por su parte, Saif al-Islam Gadafi, hijo del coronel, negó que el régimen hubiera cometido algún crimen contra su gente, en una entrevista concedida al «Washington Post».
Gadafi añadió que la rebelión está controlada por Al-Qaeda y que, después de que los «terroristas» sean expulsados de Misrata y Bengasi, el papel de su padre podría cambiar bajo una nueva Constitución.
Un barco con un coronel del Ministerio del Interior libio y otras 19 personas que huían de su país natal llegó ayer a un puerto del sur de Túnez, según informó la agencia oficial tunecina TAP, que citó a una fuente de seguridad.
El Gobierno de Londres prepara la evacuación por barco de 5.000 trabajadores extranjeros atrapados en Misrata, anunció ayer en Naciones Unidas el ministro británico de Cooperación Internacional, Andrew Mitchell.