Unas 300 personas que trabajan en el Comercio vizcaino llevaron ayer a cabo su particular vía crucis por las calles de Bilbo para denunciar los más de dos años que lleva el sector sin un convenio en vigor. Tras recorrer diferentes calles de la capital y realizar las consabidas catorce paradas, los manifestantes finalizaron el acto con una concentración en la Plaza Circular.

Las centrales convocantes (ELA, CCOO, UGT y LAB) valoraron como «mayoritario» el seguimiento del paro de dos horas y reclamaron a la Confederación Empresarial del Comercio de Bizkaia (Cecobi) que «ejerza su responsabilidad», abandone su «inmovilismo» y haga una propuesta «que se pueda valorar», ya que de persistir el bloqueo habrá movilizaciones de mayor calado «de cara a rebajas».

«Exigimos que la oferta sea por encima del IPC, porque el convenio afecta a miles de trabajadores con salarios de menos de 1.000 euros y hasta 1.756 horas de jornada laboral», apuntaron desde los sindicatos.

Valoración de la patronal

La lectura de Cecobi de este paro de dos horas fue diametralmente opuesta, al estimar que la protesta tuvo una «mínima incidencia». Además, consideró que es una «irresponsabilidad» llevar a cabo estas acciones «en un momento de crisis y máxima dificultad».

Cecobi añadió que está abierta a fórmulas de negociación que «no sólo tengan en cuenta los derechos de los trabajadores, sino también los intereses empresariales», y abogó porque el convenio «no sólo sea un instrumento de protección de los trabajadores, sino una herramienta de adaptación de las empresas a la realidad económica en cada momento, sin perder competitividad ni capacidad organizativa».

«Precariedad» en Ikea

Por otro lado, el comité de Ikea de Barakaldo compareció ayer para hacer públicas las condiciones en que trabaja la plantilla, compuesta por casi 500 personas, sólo 160 con contrato indefinido a tiempo completo. El 64%, 244 mujeres y 74 hombres, no llega a ser mileurista, y de ellos 218 están por debajo de los 600 euros mensuales.

Los sindicatos denunciaron que la multinacional sueca emplea la «precariedad» como «instrumento de chantaje», y que además «se utiliza el despido esgrimiendo motivos de lo más absurdos».

Respecto al sistema de incentivos, apuntaron que pese a sus beneficios -en Barakaldo 10,22 millones en 2010-, Ikea premia por objetivos a los mandos, no al resto de la plantilla, y los primeros «a cambio tienen que humillar, ser autoritarios, insultar, desvelar en público los motivos por lo que se encuentran de baja médica...». Ante esta situación, se llevarán a cabo concentraciones y recogidas de firmas en los días de máxima afluencia, a fin de informar a la clientela y recabar su respaldo.