El catalán Jaume Collet-Serra rueda en Hollywood su tercer largometraje para el conocido productor Joel Silver, tras «La casa de cera» y «La huérfana», sendas incursiones en el cine de terror. Ahora, en cambio, su nueva realización se orienta más hacia el género de suspense, tal como lo concebía el gran maestro Hitchcock.

El cineasta formado en los Estados Unidos demuestra poseer un desarrollado estilo visual, que de momento pone al servicio de los guiones que le llegan, desde la humildad del artesano que no tiene ningún problema en aprender el oficio sacando adelante encargos que otros más encumbrados rechazarían por su contenido dudoso.

Para «Sin identidad», Oliver Butcher y Stephen Cronwell le han escrito un guión basado en una novela del francés Didier Van Cauwelaert, que falla más que una escopeta de feria.

El libro está publicado en castellano con el título de «La doble de vida de Martin Harris», y ya en origen peca de fantasear mediante demasiadas licencias narrativas sobre un tema muy explotado tanto en la literatura como en el cine. La novela utiliza una jerga seudocientífica que sirve de tapadera para una trama conspirativa resuelta con tanta ligereza como el improbable planteamiento del que parte la historia.

Para disfrutar de un thriller conspirativo como «Sin identidad» hay que aceptar todas las trampas argumentales, sin darles mayor importancia. Cualquier parecido con la vida real en el comportamiento del misterioso protagonista es pura coincidencia, así que no queda más remedio que dar por buenas las incoherencias que comete en su recorrido por el Berlín de los espías.

Hecha esta salvedad, el espectador avisado hasta se puede entretener, gracias a que la dirección de Jaume Collet-Serra administra con lógica un suspense que argumentalmente carece de ella. También la actuación de Liam Neeson aporta un plus de confianza, ya que el actor irlandés es capaz de dotar de cuerpo a un personaje que se mueve siempre dentro de la más pura indefinición.

Ha de pasar de creerse un científico a actuar como un superagente, y todo para acabar con una conspiración internacional, no sin la ayuda local de un Bruno Ganz en el papel de un detective que fue agente de la Stasi antes de la caída del muro, junto a la de una Diane Kruger que hace de inmigrante ilegal.