CHAMPIONS LEAGUE Segunda semifinal
Mou se quema en su hoguera
Dos goles de Messi en la recta final condenan a un Real Madrid que renunció totalmente al ataque.
REAL MADRID 0
BARCELONA 2
Asier AIESTARAN
El Barcelona dio un paso de gigante para estar en la final de Wembley al ganar por 0-2 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Una buena jugada de Afellay en el minuto 76, culminada por Messi, y otra obra de arte del astro argentino, marchándose de todos los defensores que le salieron al paso, dejan la clasificación casi hecha para el club blaugrana en un partido mediatizado por la expulsión de Pepe en minuto 60 de partido.
Porque a diferencia de la final de Copa, el Barcelona se lo pensó mucho más a la hora de incorporarse al ataque, consciente de que la eliminatoria podría decidirse en el partido de vuelta en el Nou Camp. Y con empate a cero, el alemán Wolfgang Stark sancionó con tarjeta roja una dura entrada del jugador portugués a Dani Alves. Contra diez, el juego del Barça fue mucho más fluido y esa mejor circulación se vio premiada con los dos goles en la recta final.
Desprecio al fútbol
La primera media hora de partido fue un tanteo del rival en toda regla. Lass suplía a Khedira en la medular local, mientras que Puyol y Keita eran los elegidos por Guardiola para sustituir a Adriano e Iniesta. El Real Madrid se encerró en su propio campo, sin hacer ni el más mínimo amago de presionar al rival, a lo que el Barcelona respondió moviendo la pelota en su defensas para dejar en evidencia la paupérrima apuesta futbolística de Mourinho ante su afición.
No obstante, el Barcelona se las ingenió para crear sus ocasiones en los primeros 25 minutos. Un lanzamiento con la zurda de David Villa desde fuera del área a los diez minutos, y una gran asistencia de Messi que Xavi no pudo concretar ante Casillas en el 24, fueron seguramente las dos más claras.
Los únicos acercamientos del Real Madrid al área contraria no llegaron hasta bien pasada la primera media hora de juego, con tres faltas seguidas que los blancos no supieron aprovechar del todo. De hecho, la única ocasión clara de los merengues llegó en la prolongación, cuando Valdes no pudo blocar un lanzamiento de Cristiano Ronaldo y el rechace se le quedó franco a un Ozil en fuera de juego.
Toda la tensión acumulada durante la primera mitad se tradujo en la tangana que protagonizaron ambos banquillos camino del vestuario. El peor parado fue Pinto, el portero suplente del Barça, que fue expulsado por el árbitro.
A la vuelta de vestuarios, Mourinho decidió cambiar de fichas, dando entrada a Adebayor por Ozil. El Real Madrid, con un juego más directo, inquietó un par de veces a la zaga catalana, aunque la expulsión de Pepe fue un punto y aparte.
En el minuto 67 Casillas paraba un espléndido disparo de Villa y el cabezazo de Pedrito en el rechace se marchaba fuera por poco. Diez minutos más tarde, comenzaba la fiesta del Barça.
La Europa League vive hoy el primer acto de las dos eliminatorias de semifinales con un claro sabor portugués, no en vano tres de los cuatro supervivientes en la competición son lusos. La primera semifinal, que enfrenta al Benfica y al Sporting de Braga, comenzará a las 19.00 en el estadio Da Luz de Lisboa. El Benfica es el club más laureado de Portugal, con una vasta experiencia europea, mientras que el Sporting de Braga nunca había llegado a unas semifinales continentales. Los de la capital, inmersos en un ambiente hostil tras sus derrotas ante el Oporto tanto en Liga como en Copa, cuentan con la baja de Salvio, mientras que Gaitán y Martins podrían recuperarse a tiempo para enfrentarse al equipo que eliminó al Sevilla en la previa de la Champions y al Liverpool en la Europa League.
A las 21.00, en el estadio Do Dragao de Oporto, el Villarreal intentará poner en cuestión el potencial del equipo local, principal favorito de la competición. Los levantinos tienen la duda de Borja Valero, que sufre una molestia muscular, para frenar el juego ofensivo de un conjunto que ya ganó la UEFA en 2003. A.A.
Casillas no había recibido ningún gol en casa en la presente edición de la Champions League. Los goles de Messi evitaron que el Real Madrid repitiese el hito logrado por el Milan de Capello en la temporada 92/93.