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María Jesús Arteta Ballarín Tía de Naiara

Don Älvaro Miranda: de «imprudencias» y «responsabilidades» (a propósito de las muertes de Naiara y Garazi)

Naiara y Garazi tuvieron la mala suerte de realizar un acto «imprudente» en el preciso momento en que un tren no programado y vacío pasaba por una vía no habitual, de retorno a Miranda, y no pitó

El vicepresidente del Gobierno navarro, Alvaro Miranda, mostró todo «el sentir y pesar» del Gobierno por la muerte de Naiara y Garazi acaecida el 19 de marzo en Olazti. Se lo agradezco. Pero una vez dado el pésame, lo único que le preocupa es el problema de la responsabilidad de su Gobierno que, para él, es inexistente. En vez de apelar al fatum «las imprudencias son las imprudencias», el Gobierno tendría que preguntarse el porqué de semejante luctuoso acontecimiento y poner los medios para que sucesos así no vuelvan a ocurrir.

Por desgracia, el tránsito peatonal habitual y de facto entre Olazti y Altsasu, por muy ilegal e imprudente que sea, se realiza a través de las vías del tren, existiendo caminos entre las mismas, a sabiendas de todos, y ello no circunstancialmente por alguna causa puntual de fuerza mayor, sino como un hecho consumado, desde hace décadas. Ésta es la realidad: Garazi y Naiara no se aventuraron por las vías por capricho, hicieron lo que todos hacían desde décadas «imprudentemente»... Aquella misma tarde-noche cantidad de jóvenes transitaron «imprudentemente» por el mismo lugar. La obligación de Adif, como empresa responsable de infraestructuras ferroviarias, y del Gobierno de Nafarroa es estar al corriente del estado real de las comunicaciones entre Olazti y Altsasu, y del uso tan «imprudente» que los habitantes de dichas poblaciones hacen de los caminos habilitados tan «imprudentemente» entre las vías del tren e incluso dentro de ellas. Ahora no se pueden escudar en la ignorancia de esta realidad. El deber de un Gobierno es remediar tan desastrosa situación, que permite tantas «imprudencias» que increíblemente se repite hoy en día. Urge una actuación responsable. Adif y el Gobierno de Nafarroa no pueden continuar sin hacer nada. Las muertes de Naiara y Garazi no pueden ser tan absurdas e inútiles.

Mientras tanto, ¿por qué no se toman medidas de seguridad?  ¿Por qué no se disponen vallados? ¿Por qué no se colocan carteles alertando del peligro? ¿Por qué se permite que siga existiendo camino entre las vías y no se habilita un camino peatonal protegido fuera de ellas? ¿Por qué los maquinistas no emiten obligatoriamente una señal sonora en la curva donde arranca el tramo peligroso? Desde entonces, los maquinistas de los trenes no escatiman en pitidos múltiples de advertencia al ver a gente caminando junto a la vía. Habría sido mejor hacerlo antes de que atropellaran a Naiara y Garazi. Si no se hace nada, seguro que los maquinistas, con el paso del tiempo y por inercia, dejan de accionar los pitidos hasta que ocurra otro drama...

Pero además Naiara y Garazi tuvieron la mala suerte de realizar un acto «imprudente» en el preciso momento en que un tren no programado y vacío pasaba por una vía no habitual, de retorno a Miranda, no pitó, no vio nada en una zona iluminada por las farolas de la autovía y comunicó que creía haber pegado a algo. ¿Cómo pudo el maquinista no ver nada? ¿A qué velocidad iba? Tuvieron el infortunio de realizar un «acto imprudente» para evitar un control policial, como hicieron tantos otros jóvenes que iban de fiesta aquella trágica noche, en vez de salir a la altura de la rotonda de Cementos. Continuaron por las vías para coger más adelante el camino que les llevaba al centro del pueblo. Habría sido mas eficaz para la seguridad de los jóvenes, por parte de la Policía, prohibir el paso a través de las vías del ferrocarril y no establecer controles represivos que lo único que hacen es amedrentar a los jóvenes y provocar que éstos realicen actos «imprudentes» y definitivamente trágicos para Garazi y Naiara. ¿Qué está pasando en Altsasu para que en el Pleno del Ayuntamiento se apruebe una moción donde se afirma «que los jóvenes de la localidad viven atemorizados por lo que estos agentes les puedan hacer, ya que están actuando con toda impunidad»? ¿Quién da las órdenes para que la Policía Foral y Guardia Civil actúen así?

Por último, los padres de los jóvenes que iban a los carnavales de Olazti, siempre preocupados por el retorno de sus seres queridos, se ofrecieron a llevarles. Naiara y Garazi estaban convencidas de que había Jaibus y por ello tranquilizaron a sus padres. Pero aquella noche no había Jaibus, y optaron, como todos sus compañeros, por ir andando. ¿Por qué no había Jaibus esa noche? La mancomunidad aporta 40.885,08 euros y el Gobierno de Nafarroa 6.903. Un 10% menos que en los dos años anteriores, suprimiéndose varios servicios. Poner Jaibus para Sakana todos los sábados costaría 100.725 euros. Pongan ya de una vez Jaibus para toda Sakana todos los sábados y fiestas.

«Las imprudencias son las imprudencias», declaró el Sr. Miranda a propósito de las absurdas y atroces muertes de Garazi y Naiara, incomprensibles por lo evitables que eran. «De ellas se aprende», añadió. Naiara y Garazi ya no pueden aprender nada, y me consta que si había jóvenes con disposición y curiosidad para aprender y comerse la vida, ésas eran ellas. Sí, señor Alvaro Miranda, de las «imprudencias», y de las circunstancias que nos inducen a cometerlas, se aprende. De las enseñanzas se sacan las determinaciones para llevar a cabo una actuación apropiada con el fin de que se eviten futuras y trágicas «imprudencias».

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