Etxerat: «Este es el Guantánamo europeo, la mayor violencia política»
Tras denunciar que las presiones que padecen los presos políticos vascos y sus allegados están aumentando últimamente, Etxerat reclamó el fin de la política penitenciaria que mantienen los estados español y francés, que atribuyeron a un intento de condicionar el proceso político abierto en Euskal Herria. Tras repasar además las filtraciones de Wikileaks, no dudaron en comparar la situación con la de Guantánamo, aunque no tenga tanto eco.
Martxelo DÍAZ |
Etxerat denunció ayer de nuevo, en una comparecencia en Iruñea, que la práctica de la dispersión es «una impune ruleta rusa que pone en peligro nuestras vidas y las de nuestros familiares y amigos».
En este sentido, Amalia Pérez y Karlos Valencia enumeraron varios episodios recientes que muestran la dureza de la política penitenciaria, como la muerte del ex preso Mikel Ibáñez, el accidente sufrido por dos amigas de Irati Mujika cuando regresaban de una visita en Brieva, el creciente control policial y el hostigamiento que padecen los conductores de las furgonetas que transportan a los familiares a las cárceles o las nuevas medidas de control en el interior de las prisiones que obligan a sacar del DNI a niños recién nacidos ya que han dejado de reconocer el Libro de Familia como documento acreditativo.
Junto a ello, mencionaron la situación de Antton Troitiño, que atribuyeron a «la actuación de determinadas formaciones políticas y medios de comunicación que han realizado una utilización política gravísima del caso».
«La sed de venganza y el chantaje permanente que supone la política penitenciaria han vuelto a quedar en evidencia», señalaron, antes de advertir de que no permitirán que «se juegue con la vida de nuestros familiares y amigas para tratar de condicionar el proceso político abierto en Euskal Herria» y de denunciar que buscan repetir lo sucedido con Iñaki de Juana.
Los miembros de Etxerat se refirieron también a los últimos cables de Wikileaks, que han dejado en evidencia la situación de los presos de Guantánamo, marcada por la vulneración de derechos, ataques contra los presos, chantajes y peticiones de colaboración y arrepentimiento para delatar a otros presos, no liberación de quienes padecen enfermedades incurables, aislamiento, elevado número de presos en situación preventiva e informes individualizados sobre cada preso. «Por desgracia, muchos de estos conceptos son sobradamente conocidos en Euskal Herria. Y es que la política penitenciaria que mantienen los estados español y francés conforman el terrible Guantánamo europeo. Los presos políticos vascos padecen la mayor violencia política de Europa. Los tenemos que sacar de allí».
«La política penitenciaria debe pasar a claves de resolución democrática. La sociedad ha exigido con rotundidad el respeto de los derechos de los presos», destacaron.
Atosigante control policial
En la comparecencia de ayer intervinieron también Itsaso Hernández y Eguzkiñe Ayesa, amigas de Irati Mujika que sufrie- ron un accidente el 16 de abril, y Joseba Astorlaza, conductor de Mirentxin, las furgonetas que transportan a los familiares.
Hernández y Eguskiza explicaron que el 16 de abril sufrieron un accidente en Tordesillas (Valladolid), cuando impactaron con el camión que les precedía en la autovía después de que éste frenase bruscamente. Su coche hizo un trompo y dio una vuelta de campana, saliéndose de la calzada.
A pesar de lo espectacular del accidente, las dos jóvenes navarras no sufrieron lesiones de gravedad y pudieron salir por su propio pie del coche. «Apenas dos minutos después, sin llamar a nadie, apareció un coche normal, sin ninguna clase de distintivo, pero sus ocupantes eran guardias civiles», explicaron.
Los agentes les relataron que habían visto el siniestro. «No nos hicieron prueba de alcoholemia, ni nos preguntaron sobre la velocidad o la distancia de seguridad. Nos dijeron que habían presenciado el accidente y que habíamos actuado correctamente».
Los guardias se encargaron de llamar para que se realizase el atestado y que acudiese una ambulancia, tras lo que las dos jóvenes fueron trasladadas al cuartel de Tordesillas antes de regresar a Iruñea.
Acoso a Mirentxin
Joseba Astarloza, por su parte, explicó que ya hace tiempo que los conductores de Mirentxin sufren un continuo acoso mediante controles de carretera y dentro de las ciudades. «Lo último es que los agentes vayan a las habitaciones en las que los conductores duermen unas cuatro o seis horas antes de emprender el viaje de regreso. Nos identifican, nos registran la furgoneta y nos piden un montón de papeles e información sobre los familiares».
Astarloza denunció que ello pone en riesgo la seguridad de conductores y familiares, que se ven obligados a viajar semanalmente miles de kilómetros, por lo que exigió que cese inmediatamente este hostigamiento.
Decenas y decenas de protestas sacaron ayer a las calles la solidaridad con los presos políticos vascos, con motivo del último viernes de mes. Entre ellas destacaba por su actualidad la manifestación que reunió a varios cientos de personas en Donostia para denunciar la persecución a Antton Troitiño tras quedar en libertad después de 24 años de prisión (ayer tanto Alfredo Pérez Rubalcaba como Rodolfo Ares incidieron en que le buscan intensamente). En la marcha se incidió en la necesidad de que la política carcelaria se enfoque hacia la solución y no hacia conflicto. Cinco furgonetas de la Ertzaintza acudieron a un acto cuya prohibición habían pedido colectivos ultras.
Destacó también el acto de Algorta, ya que la concentración sirvió como ongi etorri para Zigor Goikoetxea y Gabi Basañez, recientemente excarcelados. Hubo bertsos y cena. Acudieron unas 200 personas.
En cuanto al resto, los actos más concurridos volvieron a ser los de Gasteiz (390), Iruñea (293), Arrasate (300), Bilbo (250 personas ante el Arriaga y 100 ante Sabin Etxea), Ondarroa (220), Hernani (210), Zarautz (187), Oiartzun (173), Lekeitio (151), Donostia (150) u Oñati (150). En esta localidad, hubo también una kalejira ruidosa contra el acoso a Bildu que reunió a unos 200 vecinos.
También denunciaron la política carcelaria aplicada a los represaliados vascos 116 personas en Azpeitia, 20 en Alegia, 75 en Tolosa, 25 en Mundaka, 50 en Arratia, 50 en Segura, 40 en Idiazabal, 61 en Lizarra, 50 en Ibarra, 60 en Zumaia, 15 en Usansolo, 45 en Getaria, 60 en Zaldibia, 45 en San Pedro Trintxerpe, 26 en Pasai Donibane y 45 en Pasai Antxo, 16 en Legorreta, 48 en Orio, 88 en Aulesti, 9 en Sondika, 68 en Larrabetzu, 60 en Elgoibar, 25 en Berriz, 22 en Zaldibar, 40 en Arbizu, 25 en Elgeta, 122 en Zaratamo...
Por lo que respecta a Ipar Euskal Herria, salieron a la calle por los presos 115 personas en Donibane Lohitzune, 50 en Baiona, 35 en Uztaritze y 43 en Donibane-Garazi.
Hay que sumarles otros 128 en Elorrio, 34 en Aramaio, 30 en Amezketa, 91 en Usurbil, 110 en Galdakao, 69 en Gernika, 70 en Markina, 35 en Bermeo, 53 en Abadiño, 60 en Sopela, 63 en Otxandio, 60 en Basauri, 82 en Etxarri-Aranatz, 63 en Lasarte, 62 en Irun, 25 en Zuia, 30 en Bastida, 85 en Barakaldo, 41 en Etxebarri, 15 en Gaztelu, 25 en Bera, 55 en Berriozar, 27 en Munitibar, 70 en Lazkao, 68 en Bergara y 75 en Urretxu-Zumarraga.
El amplísimo listado de concentraciones de anoche sigue con Lesaka (46), Gares (32), Lekunberri (19), Deba (65), Zornotza (110), Trapagaran (36), Lemoiz (20), Sestao (40), Leioa (66), Amurrio (28), Zalla (30), Ermua (21), Irunberri (35) o Zizurkil (10). GARA
Un grupo de trabajadores de Osasunbidea se movilizó también ayer, por la mañana, en la zona hospitalaria de Iruñea para reivindicar los derechos que corresponden a los presos y presas políticas vascas. Fue su aportación a la dinámica de movilizaciones del último viernes del mes de abril. La concentración se enmarca además en la iniciativa que impulsa el sindicato abertzale LAB para llevar a los centros de trabajo vascos «la denuncia de la dispersión y la política penitenciaria de exterminio», según explicó en una nota de prensa. En la concentración de la capital navarra, las decenas de participantes, algunos con el uniforme de sanitarios, mostraron carteles y una pancarta con el lema «Euskal presoak lantokietara». GARA