Revueltas en el mundo árabe
La crisis siria se agrava con conatos de enfrentamientos armados
La crisis siria se agrava con el aumento de las víctimas mortales en otra jornada de protestas. La represión dejó varias decenas de muertos, sobre todo en los bastiones de las revueltas contra Bachar al Assad, como Deraa, ciudad cercada donde las fuerzas de seguridad dispararon contra quienes intentaron romper el bloqueo. Además, empiezan a aparecer los primeros indicios de enfrentamientos armados.
GARA |
Otro «viernes de la cólera» en Siria se saldó ayer con la muerte de decenas de personas en varias localidades, en las protestas contra el régimen de Bachar al-Assad, que sobre todo se centraron en los bastiones de la revuelta, como Deraa, Homs y Banias. Las cifras de víctimas eran difíciles de confirmar, pero se sumaron al más de medio millar que los grupos opositores calculan que se han producido desde el inicio de las revueltas.
Cada organización opositora ofreció un balance que iba desde la veintena hasta más del centenar de fallecidos. El Observatorio sirio de derechos humanos contabilizó 32 muertos en Deraa, 15 en Homs y uno en Latakia. Entre los muertos también se encontraban miembros del Ejército o la Policía, según fuentes gubernamentales.
En Deraa, ciudad cercada por las fuerzas de seguridad desde hace cinco días, murieron unas quince personas y más de cincuenta resultaron heridas, según la organización «La revolución siria contra Bachar al Asad». Este grupo relató que la Guardia Republicana disparó en el puente Saida contra habitantes de aldeas próximas que intentaban romper el cerco para llevar alimentos a los habitantes de la ciudad, que llevan varios días rodeados de tanques y sin agua ni electricidad.
Según otros organismos, morgues improvisadas instaladas en Deraa, la ciudad del sur de Siria epicentro de las protestas antigubernamentales, recibieron «al menos 83 cadáveres con balazos en la cabeza o el pecho, lo que indica que los que hicieron los disparos fueron en su mayoría francotiradores», explicó a Reuters el abogado Tamer al Jahamani.
Por otro lado, en la aldea de Al Roston, cerca del municipio central de Homs, por lo menos cinco personas fallecieron durante las protestas, según «La revolución siria contra Bachar al Asad». La red opositora «Sham» elevó a siete el número de muertos en Al Roston. Fuentes de los activistas dieron cuenta de otros nueve muertos más en Homs y alrededores.
También militares muertos
Pero la crisis en Siria está yendo más allá de la represión en las manifestaciones. En la misma localidad de Homs tres policías murieron por disparos, según el Ministerio de Interior, que atribuyó el ataque a «grupos terroristas extremistas».
También un portavoz militar afirmó que cuatro soldados murieron y otros dos fueron secuestrados en Deraa, por el ataque de «un grupo terrorista armado» contra un puesto militar. Portavoces militares aseguran que han muerto ya más de 78 miembros del Ejército desde el inicio de la crisis.
En Banias, los opositores calcularon 10.000 personas en las protestas en demanda de libertad y en solidaridad con Deraa. También relataron movilizaciones de miles de personas en ciudades como Hama, Deir Ez-Zor y Ar Raqqa.
Frente a la dura represión en la mayor parte de las movilizaciones, en Kurdistán, responsables kurdos de organizaciones de derechos humanos afirmaron que 15.000 personas marcharon sin incidentes en Qamichli y otras localidades de los alrededores.
En Damasco, los vehículos de la Guardia Republicana , equipados con ametralladoras, patrullaban desde la mañana por la carretera de circunvalación.
Según activistas de derechos humanos, unas 10.000 personas se manifestaron en el distrito de Midan para expresar su apoyo a los residentes en Deraa, y las marchas se extendieron a distritos aledaños, hasta que fueron dispersados por la Policía con gases lacrimógenos en las inmediaciones de la plaza Omeya. Ante la jornada de protestas, el Gobierno sirio había advertido de que «en las actuales circunstancias, el Ministerio de Interior apela a los ciudadanos a contribuir de manera eficaz a la estabilidad y a la seguridad y se abstengan de llevar a cabo manifestaciones o concentraciones cualquiera que sean los lemas, sin haber obtenido autorización oficial», un requisito en vigor desde que se levantó el Estado de emergencia el pasado 19 de abril.
Las movilizaciones de ayer fueron respaldadas por los Hermanos Musulmanes de Siria, que consideraron la represión del Gobierno como un genocidio. «No dejéis que el régimen asedie a vuestros compatriotas. Gritad con una sola voz por la libertad y la dignidad. No permitáis que el tirano os esclavice. Dios es grande», mencionaba el texto enviado a Reuters.
El mensaje marca un paso inédito para los Hermanos Musulmanes, principal grupo de oposición, que hasta ahora no habían secundado de una forma tan explícita las manifestaciones contra el Gobierno de Bachar al Assad.
Por otro lado, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó ayer una resolución promovida por Estados Unidos que condena la represión de las protestas en Siria y decide el envío de una misión de investigación al país árabe. El texto, que fue negociado a lo largo del día para lograr adhesiones, fue aprobado en una sesión especial del Consejo por 26 votos a favor, 9 en contra y 7 abstenciones.
La ONU condena
EEUU y sus aliados europeos en el Consejo votaron a favor de la resolución, a la que se sumaron algunos africanos y latinoamericanos, como Uruguay y México, mientras el «no» vino de Rusia, China, Pakistán, Cuba y Ecuador, entre otros. Varios países árabes miembros de este organismo de la ONU, como Jordania y Catar, se ausentaron de la votación. El embajador sirio ante la ONU, Faysal Khabbaz Hamoui, calificó el texto de «desequilibrado» y dijo que con él se quiere enviar un mensaje erróneo al mundo.
Frente a la posición de la Unión Europea y Estados Unidos condenando duramente la represión ejercida por el régimen de Bachar el Asad, el grupo árabe y algunos no alineados advirtieron contra cualquier injerencia exterior en los asuntos internos sirios y recordaron el doble rasero con el que se mide a otros países, mencionando el caso de Estados Unidos por la prisión de Guantánamo. Los países de la Unión Europea acordaron sancionar al régimen de Damasco como respuesta a su violenta represión. Los veintisiete miembros de la UE pactaron imponer sobre el país un embargo de armas y de materiales utilizados para la represión y tienen previsto estudiar «urgentemente» otro tipo de medidas con las que forzar un «cambio inmediato en las políticas» del Gobierno sirio.
Dentro de esas sanciones adicionales se incluye la posibilidad de prohibir a personalidades del régimen viajar a Europa y congelar sus activos y los de entidades vinculadas al presidente sirio, Bachar al Asad. Además, la UE va a revisar «todos los aspectos de su cooperación con las autoridades sirias». EEUU endureció ayer las sanciones que ya tiene en vigor contra este país y decretó la congelación de bienes a varios dirigentes sirios, entre ellos Maher AL-Assad, hermano del presidente y responsable del Ejército sirio, así como Ali Mamlouk, jefe de los servicios de información y Atef Najib, presentado como el antiguo jefe de la información en la provincia de Deraa.
Por otra parte, 238 personas de etnia turcomana habitantes de pueblos fronterizos sirios entraron en Turquía huyendo del conflicto según la agencia Anatolia.
El presidente yemení, Alí Abdallah Saleh, ha amenazado con no firmar el plan previsto por las monarquías del Golfo y acusó a Catar de uridr un complot en su contra. En una declaración realizada ayer a la cadena «Rusia Today», el mismo día en que se volvían a repetir manifestaciones de rechazo al régimen yemení, afirmó que «se mantienen contactos para firmar el lunes en Riad. Pero tenemos reservas sobre ciertos mediadores del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), implicados en un complot». Saleh aseguró concretamente que «El Estado de Catar financia actualmente el caos en Yemen, Egipto, Siria y en todo el mundo árabe». «Nos reservamos el derecho de no firmar si los representantes de Catar están presentes en la ceremonia», amenazó Saleh. Los jefes de la diplomacia del CCG (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Catar) se reunirán mañana en Riad para ultimar las disposiciones del plan sobre la transición en Yemen, antes de someterlo a la firma del régimen y la oposición del país.
La mediación del CCG, lanzada a principios de abril, provocó una crisis diplomática entre Doha y Sana'a, que censuró a su embajador en Catar por protestar contra una declaración del primer ministro catarí, el jeque Hamad Ben Jassem Al-Thani, en demanda de la salida de Saleh. «Los cataríes tienen mucho dinero y son poco numerosos. Se quieren imponer como una gran potencia en la región gracias a la cadena Al Jazeera», afirmó el presidente yemení. Las monarquías del Golfo, inquietas por la inestabilidad de Yemen, pariente pobre de la península arábiga, han elaborado un plan que prevé la formación de un gobierno de reconciliación nacional con la participación de la oposición y la dimisión un mes más tarde del presidente Saleh, con garantía de inmunidad. Las elecciones presidenciales se convocarían dos meses después.
Pero en la calle, las manifestaciones reclaman la salida de Saleh inmediata y rechazan su impunidad. Hasta ahora, la represión ha causado 145 muertos.
Ayer decenas de miles de opositores participaron en las protestas que siguieron al rezo del viernes, a la vez que sus partidarios llevaban a cabo movilizaciones bajo el lema de «el pueblo quiere a Ali Abdallah Saleh». Las protestas fueron vigiladas estrechamente por las fuerzas de seguridad pero se dispersaron sin incidentes, según los corresponsales de France Press.
En el oeste de Sana'a, los manifestantes marcharon por la avenida Sittine, reclamando «la salida inmediata» ante la residencia del jefe del Estado. También corearon lemas para pedir que se juzgue a Saleh por la masacre de manifestantes, sobre todo por los rece muertos por disparos policiales el pasado miércoles.
Por otro lado, dos civiles murieron ayer en dos ataques dirigidos a unidades del Ejército y que se atribuyeron a elementos de Al-Qaeda en el Sur de Yemen. GARA