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Hallazgo arqueológico en Bizkaia

Localizan en Askondo grabados más antiguos que los de Santimamiñe

Cinco caballos pintados en rojo, una mano, dos trazos pareados y un hueso hincado en la pared son parte del conjunto de arte rupestre encontrado en la cueva de Askondo, en terrenos privados dentro del municipio de Mañaria. La cavidad es conocida por los investigadores desde 1913. En los años 60 ya se localizaron allí dos cráneos de oso de las cavernas. Los expertos subrayan que no hay duda de su autenticidad, que datan entre los 28.000 y 18.000 años antes de nuestra era.

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Nerea GOTI | BILBO

Un equipo formado por los arqueólogos Diego Garate, Joseba Ríos y Ander Ugarte localizó las pinturas rupestres el pasado mes de enero. La cueva de Askondo, emplazada entre el macizo de Eskubaratz y Untzillaitz, dentro del término municipal de Mañaria, es una vieja conocida para los expertos. A principios del XX se produjo la primera incursión científica en la misma con escasos resultados, más allá de algunos restos arqueológicos.

Posteriormente, en los años 60, la localización en ese lugar de dos cráneos de oso de las cavernas dio lugar a numerosas incursiones furtivas que dieron como resultado que restos de oso acabasen en manos privadas en su mayor parte. Esta actividad supuso, según explicaron ayer los expertos, un importante deterioro de las cavidades anteriores ante excavaciones incontroladas, movimientos de tierras, además de hogueras o grafitis. Además, la actividad de una cantera próxima, ya en desuso, provocó importantes daños, especialmente en la boca de la cueva.

La vuelta de los expertos a Askondo a primeros de año no fue casual, según remarcaron ayer responsables de la Diputación vizcaina en la presentación de los hallazgos. Garate, Ríos y Ugarte volvieron al barrio de Urkuleta con la intención de «comprobar si el yacimiento estaba destruido». «Localizamos unas pequeñas manchas muy desvaídas en las paredes», explicó Garate, doctor en Arqueología, sobre el momento del hallazgo.

«Inmediatamente hicimos una detenida revisión y empezamos a localizar figuras completas de animales. Lógicamente se encuentran en un estado de deterioro muy grande», precisó.

Un total de dieciséis motivos gráficos componen el conjunto encontrado en Askondo. Se trata de cinco caballos pintados en rojo, un caballo grabado, una mano, una serie de trazos pareados y un punto rojo , una línea cervico-dorsal de un animal y una serie de grabados no figurativos, además de un hueso insertado en la pared, que los expertos relacionan con algún tipo de ofrenda o ceremonia.

Además de la evaluación preliminar de Garate y Ríos, la Diputación ha pedido una segunda opinión a los expertos Manuel González Morales y César González, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria. En ambos casos coinciden en suscribir la autenticidad del yacimiento, que sitúan entre los periodos Gravetiense y el Solutrense 28.000 y 18.000 años antes de nuestra era (incluso «afinaron» más al hablar de unos 25.000 años de antigüedad), anterior en todo caso a los conjuntos de Santimamiñe y se supone que también a Praileaitz.

«No es más de lo mismo, es bastante particular»

El conjunto rupestre de Askondo, aunque «muy mal conservado», es «de un enorme interés desde el punto de vista científico en lo que respecta a la actividad gráfica de esas sociedades», resaltó César González, miembro del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas, uno de los expertos consultados por la Diputación vizcaina en torno al hallazgo de Askondo.

«Es un poco más reciente que el yacimiento de Venta Laperra, probablemente más antiguo que Arenaza y mucho más antiguo que Santimamiñe», destacó el investigador, al tiempo que subrayó «que no hay ninguna duda, es de las seguras». Apuntó, asimismo, que «es muy interesante, porque no es más de lo mismo. Es una composición iconográfica bastante particular y distinta de las que tenemos». Añadió que la ubicación geográfica también es una particularidad, porque «conocemos mal la actividad gráfica en el interior» y destacó que hay motivos recurrentes y otros más específicos, por lo que abogó por hacer una exhaustiva prospección de la totalidad de la cueva, ante la posibilidad de que haya más pinturas mal conservadas.

La Diputación ya ha adoptado medidas de conservación, de acuerdo a la Ley de Patrimonio. La cueva, emplazada en una propiedad privada, se ha cerrado y sólo los investigadores tienen acceso a la misma. Según avanzaron, «el estudio de esta cueva nos va a proporcionar una información determinante para conocer las poblaciones paleolíticas de alrededor de los 28.0000 años, no sólo del eje cantábrico, sino sus relaciones con otras regiones». N.G.

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