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Fede de los R�os

Reflexi�n, indignaci�n... �y?

El problema vendr� cuando para recobrar la dignidad la indignaci�n se vuelva acci�n. �Qu� acontecer�a si hartos del expolio bancario al que han sido sometidos intentaran reapropiarse de lo arrebatado?

Ayer fue jornada de reflexi�n. Al menos eso es lo que nos dec�an. Al parecer, el personal es llamado a reflexionar antes de depositar la papeleta con sus preferencias. Reflexionamos durante 24 horas antes de las elecciones municipales, forales, a Madr� (generales las llaman) y a Europa. Si varias de esas consultas electorales coinciden, pueden pasar casi cuatro a�os entre reflexi�n y reflexi�n.

Durante la jornada queda prohibida la propaganda pol�tica electoral incitando al voto particular al objeto, eso dicen, de que ciudadanos y ciudadanas puedan reflexionar sobre su voto al margen de influencias externas. Todo un detalle de nuestros pol�ticos, pues ya se sabe que la reflexi�n es la capacidad del ser humano, merced a su racionalidad, para pensar de forma detenida en algo concreto con la finalidad de sacar conclusiones con su propia capacidad de raciocinio. Es la base de la autonom�a por la que los humanos devienen ciudadanos y no s�bditos.

Por el contrario, si la papeleta fuera introducida en la urna sin reflexi�n supondr�a un atentado contra la noci�n misma de democracia, la participaci�n gregaria en una farsa a la que uno se adhiere sin criterio ni an�lisis, por la pura comodidad que proporciona el calor del reba�o y la satisfacci�n de identificarse con el orde�ador/ esquilador/ matarife. No existe cosa m�s c�moda que la obediencia al jefe.

Durante la jornada de reflexi�n no se proh�be otro tipo de ruidos. No se proh�ben las emisiones a televisiones, radios o peri�dicos. Ni los partidos de f�tbol. Ni las misas. Cosas que impiden el raciocinio, facultad propia de la especie, al decir del optimista de Arist�teles.

Hay quien ha tenido la extempor�nea costumbre de reflexionar fuera del d�a se�alado. Lo que le lleva a mostrar su indignaci�n en plaza p�blica. Como virus exantem�tico se ha empezado a extender por la llamada piel de toro.

Quieren los servidores del FMI y de la Banco Mundial, los que han arruinado presente y futuro de los curritos, ser votados de nuevo por �stos para seguir con el desmantelamiento del llamado estado del bienestar. No les parece suficiente el malestar ocasionado. De lo contrario, dicen, se asustan los mercados. Hay que ver qu� timoratos resultan ser los hijos de la gran puta.

Como dem�cratas, en v�spera electoral, no han ordenado el desalojo de calles y plazas. Es leg�timo -gritan a coro- indignarse. Sin violencia todo se puede expresar. El problema vendr� cuando para recobrar la dignidad la indignaci�n se vuelva acci�n. �Qu� acontecer�a si hartos del expolio bancario al que han sido sometidos intentaran reapropiarse de lo arrebatado? �O ante la deslocalizaci�n o el cierre fraudulento de una f�brica, los obreros se apropiasen de ella? �No tildar�an la recuperaci�n de la dignidad, de lo que es propio, como acto violento, si no terrorista? �Qu� har�an los servidores del Capital ante una nacionalizaci�n de los recursos estrat�gicos del pa�s? �Cu�nto tardar�a Bot�n y los de su ralea no en pedir, sino en ordenar la intervenci�n de polic�as y ej�rcito para defender la democracia de mercado?

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