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Última jornada decisiva

Una salvación por partida doble

Esta vez nadie ha regalado nada, Osasuna se lo ha currado ante Valencia, Sevilla o Zaragoza, y esto pone las bases para reactivar un equipo y una afición que llegaron a esta liga en depresión total.

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Ramón SOLA

Hay salvaciones y salvaciones en la historia reciente de Osasuna, reconocido ya unánimente como experto en agonías. Algunas son bastante poco honrosas, como la fraternal de Anoeta en 2001 y la trapichera de Santander en 2008. En el otro lado está la cuasiheróica de 2009 (30 puntos en la segunda vuelta tras sólo 13 en la primera), pero que quedó algo descafeinada por el modo afortunado en que se consumó (gracias a que Barcelona y Real Madrid, los dos últimos rivales, ya estaban de vacaciones). Así que la lograda ayer es quizás la más redonda de todas, porque Osasuna ha tenido que pelear contra un buen montón de elementos: mala primera vuelta, ambiente enrarecido, cambio de entrenador, plantilla precaria, alta calidad de los rivales, gran puntuación exigida, difícil calendario final (salvo el Villarreal)...

Esta vez nadie ha regalado nada. Osasuna se lo ha currado. Para la historia quedarán las dos victorias de casa contra rivales de la potencia de Valencia y Sevilla y el triunfo en un campo tan adverso como La Romareda, los dos últimos con remontadas memorables. En estas circunstancias, la afición ha redescubierto el cuajo de jugadores de casa como Kike Sola, Monreal y Puñal, pero también la implicación de Camuñas (quizás el hombre clave por el modo en que se echó el equipo a la espalda ante Sevilla y Zaragoza), de Sergio, de Ricardo, de Cejudo... Sin olvidar a Nelson, de quien la hinchada siempre recordará por como se dejó la pierna en su último esfuerzo.

De la mano de Mendilibar, no sólo Osasuna se ha salvado, se ha salvado también el osasunismo que llegó al inicio de liga en depresión total, con un presidente autoritario y distante, un entrenador ajeno y huraño, una plantilla cargada de años y escasa de fútbol, sin referentes a los que agarrarse en el campo, sin pasión en las gradas, sin publicidad en la camiseta... El sprint final debe ser el revulsivo para que Osasuna y el osasunismo repunten. Ahora hay otra base: un míster cercano e implicado, una plantilla rejuvenecida (Cejudo, Sola, Ibrahima, quizá Roversio), una ilusión renacida. Hace falta que la directiva de Izco aproveche todo este caudal y no lo dilapide, como ocurrió en verano de 2009. Es el momento de intentar recuperar socios perdidos, echar las redes a jugadores jóvenes, dar oportunidad a una cantera que se lo ha ganado en Segunda B... Recuperar lo que es Osasuna, en suma; tan fácil y, al parecer, tan difícil.

Mendilibar, muy feliz: «Hemos ganado ocho partidos de quince»

Tranquilo, pero doblemente feliz. José Luis Mendilibar tenía motivos para ello anoche, porque Osasuna no sólo se mantiene en Primera por duodécima temporada seguida, sino que además lo hace «ganando ocho partidos de quince», como quiso recordar el de Zaldibar. Efectivamente, desde su llegada después de la derrota de Anoeta los números rojillos han cambiado radicalmente: Camacho logró 22 puntos en 23 partidos y Mendilibar ha hecho 25 en 15, una media muy potente.

«Es lo que queríamos y para lo que hemos venido», apuntaba con modestia Mendilibar, que sólo lamentaba que en este tránsito se pudo lograr «algún empate más» que habría adelantado la salvación (las derrotas por errores defensivos graves ante Levante, Sporting o Athletic pesaron mucho). Para Mendi, el número de victorias logrado en esta recta final deja claro además que «los jugadores han estado convencidos de lo que hacían, y eso es muy importante». Resulta curioso comprobar que Osasuna ha funcionado por tacadas en este último tercio: primero encadenó tres victorias seguidas, luego cuatro derrotas consecutivas, y finalmente otros cuatro triunfos más con la derrota en Getafe entre medio.

El partido no tuvo demasiada historia, según admitía el vizcaino. «Hemos tenido el acierto de Alvaro [Cejudo], con un gran tiro, y a partir de ahí hemos estado más tranquilos, también por las noticias que llegaban de otros campos. Sabíamos que tenían que pasar muchas cosas para que nos viésemos abajo», dijo en alusión a la segunda parte. Mendilibar tuvo un recuerdo también para el Deportivo de otro vizcaino, Lotina, al que deseó que se recupere cuanto antes. GARA

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