EUSKAL SELEKZIOA Cita de la tricolor en Tallín
Un escaparate para mostrarse y un espejo en el que mirarse
La selección vasca juega en Estonia su tercer partido como visitante en la era moderna. Y lo hace ante un rival con poco nombre pero que puede ser una buena piedra de toque por la similitud de ambos países.
Asier AIESTARAN | ENVIADO ESPECIAL
La selección vasca de fútbol tiene una nueva oportunidad de mostrar su potencial futbolístico y su valía para participar en las competiciones internacionales en el partido que le enfrentará esta noche a Estonia en Tallín. El tercer partido que juega la selección fuera de casa en la era moderna será, sin duda, un buen escaparate para seguir reivindicando su oficialidad.
Aunque en la convocatoria de 18 jugadores confeccionada por Mikel Etxarri y Javier Irureta falten varios de los puntales de la mejor Euskal Selekzioa -jugadores como Xabi Alonso, Fernando Llorente, Javi Martínez, Joseba Llorente, Iker Muniain, Nacho Monreal o Mikel Aranburu causan baja por diversos motivos-, lo cierto es que el combinado vasco debería ser capaz de plantar cara a una selección que representa a un país de apenas 1.300.000 habitantes.
Y es que, a pesar de todas las diferencias que pueda haber, Estonia no sólo es un escaparate en el que mostrarse, sino también un espejo en el que poder mirarse. Estado independiente desde hace casi veinte años -se cumplen el 20 de agosto-, sus habitantes van abriendo caminos en distintas facetas, y el fútbol es una más, a pesar de que los resultados cosechados hasta ahora no son muy reseñables.
Ganó 1-3 en Belgrado
No obstante, mal harían los jugadores de la tricolor en subestimar a sus rivales. La selección de Estonia está metida de lleno en la lucha por el segundo puesto del Grupo C en la fase de clasificación para la Eurocopa del año que viene. Con siete puntos en su casillero, los bálticos tienen sólo un punto menos que Eslovenia y Serbia, dos combinados que ya saben lo que es estar en las grandes competiciones, y fueron capaces de ganar en su visita a Belgrado (1-3), así como en el amistoso disputado hace un mes contra Uruguay.
De hecho, el combinado local se toma el encuentro de hoy como preparación del que le enfrentará el próximo 3 de junio a Italia en Módena. Por ello, solicitó que, a pesar de tratarse de un partido amistoso, cada equipo afrontara el partido con una convocatoria al uso de sólo 18 jugadores, para dar la mayor seriedad posible a la cita.
Fue Mikel Etxarri el encargado de hablar sobre las virtudes de la selección estonia. «Más que destacar algunos jugadores individualmente, en los vídeos que hemos visto lo que nos ha gustado tanto a mí como a Javier es la seriedad táctica que demuestran. Y en eso, por mucho que algún jugador pueda cambiar, seguro que serán muy fuertes y ordenados», advertía antes de comenzar el entrenamiento vespertino en el mismo estadio que albergará el partido.
Javier Irureta, por su parte, destacó que en su primer partido como seleccionador de la selección vasca, le gustaría «por encima de todo» jugar bien al fútbol. «Es un grupo que se conocen bastante en sus equipos, vienen cinco del Athletic, cinco de la Real... pero al final unir todo eso y hacer que ese amalgama dé un buen rendimiento no es fácil», declaró.
En ese sentido, Irureta se lamentó de que «la Liga acabó la semana pasada y algunos jugadores llegan muy cansados. Algunos porque han tenido esa presión añadida de luchar por evitar el descenso, y otros porque han estado luchando hasta última hora por entrar en Europa. Son factores que no ayudan, pero seguro que la ilusión nos lleva a superar todo eso».
Kike Sola, por último, también se mostró muy motivado para debutar con la Euskal Selekzioa: «La verdad es que vengo contento e ilusionado. Hay muy buena gente, buenos compañeros, gente que ya conocía. Me han dado la oportunidad de disfrutar de esta experiencia y quiero aprovecharlo. Ha sido una temporada difícil para mí, cuando he estado sin jugar, pero el final ha sido positivo y estar aquí es un gran premio».
Tallín, la pequeña capital de Estonia que apenas llega a los 400.000 habitantes, acogió a la selección vasca con un cálido sol de primavera que hizo subir las temperaturas hasta los 20-22 grados. Una expedición formada por unas 80 personas entre jugadores, técnicos, directivos, periodistas y aficionados aterrizaron en el aeropuerto internacional de la capital estonia pasadas las 13.30, hora local, tras un vuelo de unas tres horas y media y un aterrizaje algo tortuoso. Deseosos de lucir sus colores ante el mundo -hubo hasta quien se presentó en la terminal envuelto por una ikurriña a las 7.30 de la mañana-, los expedicionarios tuvieron que elegir entre asistir al entrenamiento que la selección llevó a cabo por la tarde o comenzar a descubrir los secretos que guarda la ciudad báltica, con su precioso casco antiguo medieval. No fue el caso de los jugadores, que tras las charlas en el avión -o partida de cartas como en el caso de Toquero, Ekiza, Iturraspe y San José-, se marcharon rápidamente a comer antes de ponerse a las órdenes de Etxarri e Irureta por la tarde.