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Montaña Temporada en el Himalaya

La expedición de Pasaban regresa a casa sin el Everest

Las labores de rescate por los alpinistas del Lhotse, que han durado dos días, les han dejado exhaustos.

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GARA | DONOSTIA

El asalto de Edurne Pasaban al Everest sin oxígeno deberá esperar. Lo confirmaba ayer en su blog, después de narrar las peripecias de los últimos días en el Himalaya. «Nosotros, la expedición Endesa Everest sin O2, nos volvemos para casa. Estamos exhaustos y Vitor, nuestro meteorólogo, no nos ha dado una previsión buena para los próximos días. Es la mejor decisión para todos».

Y es que las circunstancias de lo ocurrido en los últimos días han pesado demasiado en el ánimo y las fuerzas de los montañeros. Todo empezó a torcerse el pasado sábado, cuando la tolosarra acompañada por Asier Izagirre, Nacho Orviz y Ferrán Latorre decidieron descender desde el campo 4, cuando estaban a 800 metros de la cima, y abortar el intento de cumbre después de que el mal de altura atacara a Passan y Migma, dos de sus sherpas habituales.

Bajando del Collado Sur hacia el campo 3 observaron en el corredor del Lhotse, el ochomil anexo al Everest con el que comparte parte de la ruta, como el grupo de Juanito Oiarzabal se encaminaba para arriba. Edurne reconoce que sintió cierta envidia, aunque horas después comenzaría la pesadilla. Al caer la noche llegaron noticias preocupantes del Lhotse: varios expedicionarios habían hecho cima aquel día, algunos de ellos a horas muy tardías, tenían problemas de regreso al Campo 4.

Al amanecer del domingo se informaba por radio de que el aragonés Carlos Pauner, el vizcaino Roberto Rodrigo y la burgalesa Isabel García sufrían diversas congelaciones y en el caso de los dos últimos edema cerebral, mientras el andaluz Lolo González no había regresado al campamento.

En ese momento se iniciaba una operación de rescate extrema. Pasaban acudía al campamento de la agencia Patagonian Brother a solicitar ayuda. Los guías argentinos Damián y Willi Benegas, el primero de regreso de la cima del Everest, y el segundo desde el campo base, no dudaron en colaborar. Damián cambió de rumbo y junto a Matoco ascendió al Lhotse. Primero organizaron el rescate de Roberto e Isabel y a contianuación se fueron en busca de Lolo. Le encontraron, incapaz de moverse y muy débil tras pasar la noche al raso a 8.100 metros, pero vivo. Juanito Oiarzabal, que había coronado su 25º ochomil, estaba literalmente agotado. Tuvo que ser trasladado desde la Cascada de Hielo al campo base en una camilla. Deshidratado, ni siquiera el oxígeno que le aplicaron consiguió reanimarle. Tras ser atendido, horas después el alavés manifestaba en ETB que «siempre andamos igual, es un desastre. No damos más que espectáculo. Dan ganas de dejarlo». De momento, no renuncia al Nanga Parbat, a principios de junio. Con algunos de los montañeros evacuados a Katmandú -Lolo y Rodrigo y posteriormente Isabel, que descendió andando, aunque al parecer al andaluz le dieron el alta ayer- Pasaban resumía: «Estas 48 horas me han servido mucho más que muchos años que llevo en el Himalaya. Quiero dar las gracias a todos, a todos estos héroes que me han demostrado que merece la pena vivir y que la montaña es nuestra vida», aseguró la guipuzcoana. Su amigo Damián Benegas, sin embargo, dio un toque de atención recordando que 40 personas habían puesto en riesgo sus vidas en los rescates. «Y eso no puede pasar un año tras otro. Si no están preparados que se retiren», publicó ``El Correo' que dijo el guía.

EL RIESGO

Según publica ``El Correo'', Damián Benegas declaró tras colaborar activamente en el rescate: «No vienen suficientemente preparados y luego tenemos que ser los demás los que les sacamos de los apuros».

FECHAS

El cierre de la Cascada de Hielo está previsto para el 1de junio y el plazo se agota. Además, la accidentada expedición al Lhotse no les ha permitido descansar en dos días. El Everest sin oxígeno tendrá que esperar.

Larrañaga y Sáenz de Urabain, al Hunter

Jonatan Larrañaga y Mikel Sáenz de Urabain inician hoy una nueva expedición montañera, patrocinada por BAT Basque Team. El objetivo es el monte Hunter, que con sus 4.257 metros de altura representa un verdadero desafío técnico, debido a su dificultad y longitud y a las adversas condiciones meteorológicas. Con una pared de más de 2.000 metros de longitud que lo sitúa en Alaska Grade 6, el nivel de dificultad extrema en uno de los sistemas de medida del montañismo alpino. Situado en Denali, el mismo Parque Nacional donde está el monte más alto de los EE UU (McKinley, 6.194 m.), la ascensión elegida por los vascos es menos transitada por los escaladores, pero mucho más complicada. Fue coronado por vez primera en el año 1954. En función del estado de la nieve y el hielo en la pared de la montaña, los dos expedicionarios decidirán sobre la marcha la ruta de ascenso definitiva, si bien barajan a priori dos posibles vías: la Deprivation, más vertical y rectilínea, abierta por Twight y Backes en 1994, y que sólo se ha repetido en una ocasión; o bien la Ruta Francesa, en cuatro. GARA

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