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Análisis | Año electoral en alemania

Los Verdes se consolidan como segunda fuerza entre SPD y CDU

El optimismo del SPD respecto a la posibilidad de liderar el primer Gobierno post-Merkel es un tanto prematuro, porque el único partido que supera a todos los demás, por contar con mayor credibilidad entre los electores, es el de los Verdes.

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Ingo NIEBEL Historiador

Las elecciones regionales de Bremen han consolidado a los socialdemócratas y fortalecido a los Verdes, al tiempo que han asestado un nuevo golpe a la CDU, de la canciller Angela Merkel, y a su socio liberal. Este resultado refuerza la idea de un cambio de Gobierno en Berlín.

La ola verde sigue recorriendo Alemania y aunque está lejos de convertirse en un tsunami sí asusta a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, porque por primera vez en la historia de la República Federal los ecologistas se han colocado por delante de la derecha. Este insólito hecho se produjo el domingo en las elecciones regionales celebradas en el Estado-ciudad de Bremen. El complicado sistema de recuento ha retrasado el resultado definitivo, que estaba previsto se conociera ayer, pero el mensaje principal es éste: Los Verdes se han establecido como una fuerza más entre los hasta ahora dos grandes partidos, la CDU y el Partido Socialdemócrata (SPD).

Este último podrá seguir gobernando en coalición con los ecologistas porque ha podido repetir el resultado de hace cuatro años obteniendo el 38% de los votos (1,3% más), según las previsiones. Su socio habría dado un salto cualitativo del 17% al 23%, mientras que la CDU habría caído cinco puntos, hasta el 20,6%. El socio de Merkel en Berlín, el Partido Liberaldemocrático (FDP), se habría quedado fuera del hemiciclo, con un 2,9%, mientras que el partido socialista Die Linke parece haber superado en un punto el límite del 5%. En 2007, obtuvo 8,4 puntos.

La nueva debacle de la CDU y el desastre del FDP le complican bastante la vida a la jefa de Gobierno. Obviamente Merkel no puede evitar que su partido pierda cada vez más el respaldo de la mayoría social. Ante este panorama, el diario conservador «Die Welt», próximo a la CDU, presenta al recién nombrado ministro de Defensa, Thomas de Maizière, como el político cristianodemócrata más estimado por la población. Al mismo tiempo, el rotativo de la casa mediática Springer invita al partido de Merkel a buscar la confrontación con los Verdes.

La nueva correlación de fuerzas hace que el SPD piense ya en tomar las riendas en Berlín después de las elecciones generales, previstas para 2013. Según recientes encuestas, el ex ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier se impone como favorito para ser el candidato a canciller. Sin embargo, el jefe del grupo parlamentario tendrá que enfrentarse a un rival interno, el ex mi- nistro de Hacienda Peer Steinbrück. «Tenemos que prepararnos concreta y pragmáticamente para tomar el Gobierno en 2013», señaló Steinmeier después de conocerse los primeros pronósticos respecto a los comicios de Bremen.

No obstante, su optimismo respecto a liderar el primer Gobierno post-Merkel es un tanto prematuro, porque el único partido que supera a todos los demás por contar con la mayor credibilidad entre los electores es el de los Verdes. Si fuera por los votantes, los ecologistas deberían proponer al ex ministro de Asuntos Exteriores Joseph Joschka Fischer como candidato a canciller. Si la semana que viene se celebraran elecciones generales, el SPD y los Verdes obtendrían el 26% y el 23% de los votos, respectivamente, mientras que la CDU se quedaría en 33 puntos y el FDP, fuera del hemiciclo. El Linke se mueve en torno al 8%.

Este panorama lleva a pensar en un cambio de Gobierno, que no será lo mismo que un cambio político y social. Por un lado, la baja tasa de desempleo (7,7%) y el pronosticado crecimiento de la economía no sirven (aún) para que los «indigna- dos» tomen las plazas alemanas. Por otro, el auge de los Verdes se nutre, sobre todo, de electores que, descontentos, dejan el SPD, la CDU y el Linke. El denominador común de los nuevos votantes verdes es que cuentan con ingresos seguros y altos.

Ante esta situación, las tres formaciones tienen que enfrentarse de alguna forma a la nueva fuerza política emergente. El SPD y la CDU lo tienen difícil porque sus políticas son similares, aunque los Verdes parecen ser más creíbles, también porque no cuestionan el sistema.

El Linke se queda paralizado porque sin un programa de partido nadie sabe realmente qué tipo de sociedad quiere. Quedan dos elecciones regionales en otoño, las más decisivas de las cuales serán las de la ciudad Estado de Berlín, porque el Linke es todavía el socio minoritario del SPD. Después de tres debacles electorales en el oeste alemán. el partido socialista tiene que correr con el riesgo de quedarse de nuevo como un partido regional en el este alemán.

Mientras tanto, Merkel no sólo tiene que enfrentarse al descontento que ha surgido en el seno de su partido por su gestión sino también ha de observar a su socio liberal. El FDP está a punto de ser un partido en extinción y puede que busque una salida en la confrontación con la CDU.

Un nuevo tema de discordia entre los dos socios es el candidato a director del Fondo Monetario Internacional. Merkel se ha inclinado por la ministra francesa de Hacienda, Christine Lagarde. Ahora, su ex ministro de Hacienda Rainer Brüderle, y a la sazón nuevo jefe del grupo parlamentario del FDP, aboga por un candidato alemán, diciendo que le vienen muchos nombres, «pero no conozco a ninguno».

Pero el diario «Handelsblatt» sí ha dado nombres, como los del ex canciller Gerhard Schröder, su ex ministro de Hacienda Steinbrück y el ex presidente del Banco Federal alemán Axel Weber, entre otros. El rotativo, que es una plataforma del capital alemán, se ha sumado a las críticas vertidas contra Merkel por su gestión de la futura dirección del FMI.

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