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El coronel Budanov, símbolo del terror ruso en Chechenia, muerto a tiros

El coronel suro Yuri Budanov, indultado tras la violación y muerte de una joven chechena y convertido en símbolo de la crueldad rusa en la guerra contra la república norcaucásica, fue abatido a tiros en Moscú en un atentado «minuciosamente preparado», según la Policía.

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Yuri Budanov, de 48 años de edad, fue abatido con cuatro tiros en la cabeza cuando salía a mediodía de una notaría de Kosomolski prospektm, una gran arteria de la capital rusa.

El autor de los disparos, provisto con un arma con silenciador, se dio a la fuga a bordo de un coche en el que le esperaba un cómplice. El vehículo fue hallado incendiado.

Budanov, oficialmente privado de su grado, fue condenado en 2003 a diez años de cárcel por el secuestro, violación y muerte en marzo de 2000 de Elza Kungaieva, una chechena de 18 años. Por aquel entonces comandaba una unidad de blindados en la segunda guerra contra Chechenia iniciada por el entonces primer ministro ruso, Vladimir Putin, a finales de 2009. Jefe de una unidad de blindados de Siberia Oriental, Budanov participó en los combates más violentos que siguieron a la invasión de las tropas rusas, concretamente en la conquista de la capital, Grozni.

El 30 de marzo de 2000 fue arrestado bajo la acusación de haber secuestrado, violado y estrangulado a la joven Kungaieva, que vivía en una localidad cercana a las posiciones de su unidad. Según los testigos presentes, fue secuestrada en casa de sus padres por un grupo de militares borrachos.

Budanov arguyó en el juicio que sospechó que se trataba realmente de un francotirador que habría matado a muchos de los hombres bajo su mando, e insistió en que actuó «cegado por un acceso de emoción».

Fue condenado a diez años de prisión pero absuelto del delito de violación. No obstante, el coronel Budanov fue puesto en libertad en diciembre de 2008, lo que provocó manifestaciones de protesta en Chechenia y la cólera de la familia de la víctima. El abogado de la familia, Stanislav Markelov, murió poco después, el 19 de enero de 2009, tiroteado por un jóven panruso en plena calle en Moscú.

Crimen por encargo

La investigación policial privilegiaba la hipótesis de un crimen por encargo, destacando que todo apuntaba a que el atentado había sido «minuciosamente preparado».

Oleg Orlov, presidente de Memorial, organización rusa de defensa de los derechos humanoas, evocó la tesis de una venganza, una vendetta al uso de las tradiciones caucásicas.

Budanov se había convertido en símbolo de la brutalidad rusa en la guerra contra Chechenia. No en vano fue acusado, aunque no condenado, por la desaparición de 18 civiles chechenos antes de ser excarcelado.

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