Esperpéntica operación contra Anonymous
La rueda de prensa en la que mandos policiales informaron de la detención de tres personas por su relación con Anonymous, incluyendo la exhibición de una careta del mundialmente conocido Guy Fawkes como «prueba», constituye un monumento al esperpento. Tan bochornoso como hablar de «cúpula» para resaltar una operación que, viendo las imágenes de la comparecencia, hasta sus responsables se tomaron con poca seriedad, menos de la que se merecen las consecuencias que pueden sufrir los detenidos.
Anonymous, colectivo heterogéneo y no jerárquico, como admitieron los policías, imposible por tanto hablar de «cúpulas», adquirió relevancia pública al hilo de la detención del fundador de Wikileaks, Julian Assange, y se ha caracterizado sobre todo por organizar protestas, en muy diversos formatos, contra lo que las personas que se han sumado a ellas consideraban ataques a la libertad de expresión. También se les han relacionado con ataques informáticos, pero aun cuando esto fuera cierto, algo difícil de probar cuando no se trata de un grupo organizado, es ridículo sostener que la OTAN los considera una amenaza similar a Al Qaeda o los talibanes. Todo indica que se trata de una operación propagandística y ejemplarizante cuyo objetivo sería tranquilizar a entidades que se han visto interpeladas por sus acciones.