Amparo LASHERAS | Periodista
El quid de la cuestión
La policía española afirma haber detenido a la cúpula de Anonymous, el movimiento de activistas informáticos. La noticia me confundió porque no les creía objetivo de Interior. Pero está claro que me equivoqué. En su manifiesto fundacional, Anonymous se declaró el primer movimiento político de Internet. Han apoyado las revueltas árabes y al 15-M. La oficina de prensa de la OTAN les ha declarado recientemente un grupo «peligroso» para la seguridad militar, dejando su existencia virtual en una línea difusa entre la verdad de lo que son o dicen ser. La imagen impactante de Anonymous es la máscara de V, un héroe anarquista que lucha contra el totalitarismo, creado para el cómic por Alan Moore y David Lloyd en los 80. V tiene atractivo, una seducción ideológica y emocional que rompe esquemas establecidos igual que lo ha hecho Anonymous y el grito de Hessel ¡indignaos! Dan respuestas a los sueños e inquietudes de la gente anónima que se somete al sistema sin desearlo, con la amargura del miedo a luchar por algo. Cuando alguien les dice somos muchos y podemos cambiar el mundo, se liberan de su individualidad y esa sensación les hace participe de algo.
Pero también forman parte de gentes que empiezan a preguntarse cómo conseguirlo. Ahí se encuentra el quid de la cuestión. En la respuesta se pueden colar nuevos y viejos populismos. Hay que reconocer lo nuevo, sí, pero también recordar la advertencia de Lenin, cuando dijo que detrás de todas las promesas religiosas, políticas y sociales hay que aprender a descubrir los intereses de quien nos oprime o nos quiere liberar.