Iñaki LEKUONA Periodista
El 18 de junio
Primavera de 1940. Tras un ataque relámpago, las fuerzas nazis atenazan al ejército francés, cuyo mando no tarda en capitular. Cuatro días antes de que el mariscal Pétain bese las botas de Hitler, un coronel de apellido De Gaulle, desde su exilio en Londres, radia un llamamiento a la resistencia que aún se estudia en las escuelas de la República. «Algún día Francia recobrará su libertad y su grandeza».
Tal vez en algún momento este anhelo se cumplió, pero debió de ser fugaz. Tanto que, hoy día, un senador francés, centrista y republicano como el biarrota Didier Borotra, que aquel 18 de junio no tendría ni tres años, se indigna afirmando que «el comportamiento de su país es inaceptable», que no entiende de libertad ni de grandeza. Y no habla de la tibieza francesa en Siria, sino de Aurore Martin, militante de Batasuna de ciudadanía francesa que lleva seis meses en la clandestinidad para evitar que Francia la extradite a España, país que la persigue por haber expresado públicamente sus ideas políticas abertzales y de izquierdas.
«Estoy de su lado, y repito que su extradición sería una falta política e incluso jurídica», asegura Borotra. «La ley sobre la Orden de detención europea que yo voté no se hizo para cuestiones políticas». Estas declaraciones, hechas al diario regional republicano, se cierran con un elocuente «je ne comprends pas».
Este sábado, 18 de junio, Aurore Martin dará un nuevo paso en su particular guerra de resistencia. Setenta y un años y un abismo ideológico después del pronunciamiento de De Gaulle, esta ciudadana vasca saldrá de su clandestinidad y clamará libertad. La grandeza ya la tiene. También la solidaridad.