La final de la Liga ACB está en un 2-0 que, más o menos, se podía prever. Al fin y al cabo, el Barcelona es uno de los mejores equipos de Europa, compuesto por 12 jugadores de primera línea, aparte de ser un conjunto muy experimentado en disputar finales. Jon Txakartegi desgrana a este periódico sus opiniones respecto a los dos encuentros del Palau Blaugrana y el futuro de la serie en el Bilbao Arena.

Ante todo, la idea es seguir con la línea del segundo partido de Barcelona, donde Bilbao Basket, a base de endurecer el partido, se mantuvo hasta los minutos finales. Sólo la falta de acierto de sus principales estrellas -junto con las canastas de las estrellas catalanas-, impidió el empate a uno.

Los dos primeros partidos de la serie no han tenido mucho que ver entre sí. En el primer encuentro se vio que Bizkaia Bilbao Basket fue arrollado por su adversario. Por un lado, los nervios, la novedad de hallarse en la final, le jugó una mala pasada, pero sobre todo se encontró a un Barcelona que venía con la lección de la final liguera de 2010 bien aprendida y salió a por todas, logrando un parcial de inicio -26-12- que condicionó el partido.

La idea del Barça era romper el partido cuanto antes, y lo logró gracias a su intensidad, aparte de la calidad de sus hombres. Luego, aunque los vizcainos se recuperaron un poco en el segundo cuarto, en el tercero volvieron a evidenciar cierta irregularidad, algo que ya les pasó factura en semifinales, donde dejaron que el Barcelona se escapase. Si quieren tener alguna opción, no pueden dejar que su rival se imponga en facetas como la del rebote, y en el primer choque los de Xavi Pascual fueron amos y señores.

Creo que la línea a seguir está en el segundo partido. Fue un buen partido, muy físico, donde los bilbainos defendieron con intensidad y al límite, que es lo que deben hacer para llegar vivos a los finales de partido. Pese a todo, creo que Bilbao basket puede jugar bastante mejor, pero al menos consiguió que el Barcelona se sintiera incómodo. El problema es que anduvieron escasos de acierto, principalmente sus jugadores más importantes, como Jackson o Banic, ante todo en la primera mitad. Creo que es indicativo que los máximos anotadores fueran Blums y Vasileiadis, que son dos jugadores de rachas.

Al final, lo que decide a favor del Barcelona es la calidad de sus mejores hombres -Lorbek y Navarro en los minutos finales-, pero es que en cuanto a plantilla el Barcelona va sobrado, y creo, además, que el principal mérito de Xavi Pascual es hacer que los 12 den un buen rendimiento, con lo complicado que resulta dar minutos a tantos y tan buenos jugadores. Por ejemplo, Ingles venía de jugar muy poco, e hizo una gran aportación en el segundo partido.

Aun así, casi le sale bien a Bilbao Basket. Ganó la batalla de los rebotes y mejoró el tema de las pérdidas -aunque la primera escapada del Barcelona se produce tras varios despistes en ese aspecto de los vizcainos, que su rival aprovecha para castigar- y logró llegar vivo merced a un par de defensas en zonas de ajustes o una mixta como una «caja y uno», que ya probó en el primer partido y repitió en el segundo, logrando un buen parcial en el último cuarto. Hizo bien Katsikaris, porque el entrenador debe hacer cosas así -si las ha entrenado antes- si ve que su equipo está cerca pero no le alcanza. Y es que claro, hablamos de una final contra el Barcelona. Van 2-0 por eso, porque igual contra otro rival en otro tipo de partido, las cosas no serían así.

Según parece, Edu Hernández-Sonseca estará disponible para mañana. Tendrá un ritmo menor que sus compañeros, pero es igual. Ante un juego interior tan largo y tan grande como el del Barcelona, que Bizkaia Bilbao Basket pueda contar con su «cinco» más puro y más alto es una buenísima noticia. Ya hemos dicho que Banic parece lejos de su mejor nivel debido a las defensas rivales, y tanto a él como a sus compañeros se les ve bastante asfixiados. Sonseca, que ya es un jugador experimentado y con «kilómetros» a estos niveles, contará con una determinada cantidad de minutos, donde aparte de lo que pueda aportar en el juego, lo mejor que haga será dar aire a sus compañeros.

Se echa de menos al mejor Jackson, y ahí cabe destacar a Víctor Sada. Ya comentamos antes de la serie que el Barcelona es el equipo, junto con el propio Bilbao Basket, que mejor defiende, tanto en lo que al físico como en lo que al orden respecta. Sada lo está llevando al límite, y además aporta con tapones o rebotes, especialmente en ataque.

El nivel de las rotaciones también es un elemento más para que esa defensa luzca. Por dentro, se está viendo que Banic no parece en su mejor momento, o por lo menos está rindiendo por debajo de su nivel.

Y es que el Barcelona está luchando tanto, si no más, que Bizkaia Bilbao Basket. La imagen de la trifulca entre los jugadores en el vestuario denota que hay mucha tensión, algo que al final sale por algún lado después de 80 minutos de continuos choques, roces y disputas, donde pueden haber distintos piques entre los jugadores. Ya se vio que durante el encuentro, jugadores como Morris o Anderson ya las tuvieron con gente como Hervelle, Mumbrú o Vasileiadis. No es nada raro, tanto porque hablamos de partidos muy físicos como porque se trata de una final.

Todo esto servirá para darle picante al partido de mañana. Obviamente, no influirá en el juego, pero sí servirá para que el Bilbao Arena le ponga toda la presión que pueda al Barcelona.

La cuestión es que Bizkaia Bilbao Basket sabe que ésta es su gran final. O gana, o se acabó la temporada. Un año realmente bueno, más bien brillante, pero que seguro querrán que dure. Por ello estoy convencido que los jugadores bilbainos saltarán a la cancha realmente motivados. Mi experiencia me dice que el entrenador debe, ante todo, encauzar toda esa motivación extra para que el jugador se mantenga centrado y no se deje arrastrar por la ansiedad.

Por ello es muy importante que los hombres de negro no se despisten pensando en sus opciones para lograr el desempate o cosas así. Ellos ya saben qué partido hay que ganar y, el segundo partido demuestra la línea que hay que seguir porque estuvieron vivos hasta el final, a pesar de no hacer un gran partido. Saben que el 2-1 es perfectamente posible, y más si entran en juego sus mejores hombres. Si consiguen llegar al cuarto partido, veremos.