GARA > Idatzia > Kultura

Carlos GIL Analista cultural

Centrípeta

Abraza el aire que escondes bajo las axilas desodoradas. Nunca escucharás el mismo silbido dos veces. Cuando despiertes, la convocatoria de subvenciones seguirá ahí. No descartes el poema, ni desmerezcas tu propio paisaje. Una vez, se cortó la oreja un hombre porque le molestaba para ver con claridad las voces de su cerebro amarillo. Escribió en el aire un suspiro de amor: la pigmentación de la piel de plátano se puede fumar. Al acabar su último pensamiento garabateado en un papel de estraza la pizarra se convirtió en bicicleta, el gas ciudad se hizo rústico y demostró que una espiga es tan monumental como una catedral.

En la periferia las longanizas se atan con collarines hechos con cristales de los vitrales de las zonas nobles industriales. El perfil de una chimenea muda da toda la sombra al barrio congelado marchitando las ilusiones. Deambulas por desastres urbanísticos rescatados del futuro imperfecto. Allí, entre los restos, nos invitan a buscar las piritas de la supuesta nueva creación férrea, la que certifique el fin de una época. Es una fragmentación deliberada para acabar con el porvenir. Va a producir una grave contaminación bacteriana que nos llevará a la anorexia cultural.

No nos dejaremos. El post-post es una idea reaccionaria que se viste de faralaes modernos. No les compramos estos nichos de subdivisión interesada. La mejor vacuna es la libertad, la información, la formación y acabar con los dogmas inservibles de la gestión como baremo. Desde la periferia, para que los núcleos urbanos sientan la fuerza centrípeta del canto popular, del baile al suelto, del trazo digno de una loca de pelo azul.