El islamista AKP, del primer ministro Recep Tayyip Erdogan logró el domingo más votos que nunca pero, paradójicamente, deberá negociar con la oposición, turca o kurda, si quiere llevar a buen puerto su proyecto de reformar la Constitución.

21,3 millones de electores, de un total de 50 millones convocados a las urnas, votaron al AKP, lo que supone el 49,9% del censo (la participación alcanzó el 86%). El resultado les otorga 326 escaños, de un total de 550, lo que supone un 59% del total de la Cámara.

Paradójicamente, en las elecciones de 2002, el AKP logró el 66% de los escaños tan sólo con el 34% de los sufragios. Cuatro años más tarde, consechó el 62% de los escaños con el 46% de los sufragios emitidos.

Y la cuestión, más allá del engorro matemático, no es baladí. Pese a lograr unos resultados históricos, el AKP se queda a las puertas de lograr los 3/5 de los escaños (330) que les permitirían someter directamente, y sin negociaciones con la oposición, su propuesta de reforma constitucional a referéndum. Y qué decir si hubieran logrado los 2/3 de la Cámara (367) que les hubieran dado carta blanca para forzar la reforma directamente con los votos en el Parlamento.

Los kemalistas, al alza

Los buenos resultados cosechados por el líder del kemalista CHP, Kemal Kilikdaroglu, explican en parte este, muy relativo, fracaso de Erdogan. La formación creada en 1923 por Kemal Atatturc ha logrado, por primera vez en su historia, superar la barrera de los 10 millones de votos, hurtando al AKP parte del entusiasmo de los electores para ir a votar. Los panturcos del MHP han resistido bastante bien el escándalo por los vídeos sexuales y sólo han perdido 17 escaños.

Pero, sin duda alguna, el AKP ha visto imposibilitados sus previsiones de lograr una mayoría cualificada en Kurdistán Norte. Erdogan se habrá arrepentido de haber asegurado, en campaña, que si hubiera estado en el poder cuando secuestraron a Oçalan en Nairobi, lo habría ahorcado sin dudar.

En 2007, y tras prometer que intentaría poner en vías de solución el problema kurdo, Erdogan logró muy buenos resultados en las ciudades y pueblos kurdos, resultados que, a la postre, le han fallado esta vez por el victoria histórica del partido kurdo BTP y por sus propios errores al considerar a los kurdos un electorado «de usar y tirar».