CRíTICA cine
«Los colores de la montaña» Campo minado
Mikel INSAUSTI
Sin hacer ningún ruido se ha estrenado la película colombiana “Los colores de la montaña”, pero hay que recordar que en la última edición del Donostia Zinemaldia ganó el premio Kutxa de Nuevos Directores en la sección Zabaltegi. El debutante Carlos César Arbeláez realiza una conmovedora historia de amistad infantil sobre el trasfondo político del enfrentamiento entre la guerrilla de las FARC y los paramilitares, con una anécdota argumental que recuerda en su núcleo a “Las tortugas también vuelan”, si bien se aleja del estilo de denuncia muy explícito de Bahman Ghobadi al decantarse por una crónica ingenuista de infancia más cercana a la adaptación del autobiográfico Stephen King que Bob Reiner hizo en “Cuenta conmigo”. Hay también quien la ha comparado con la película argentina de Marcelo Piñeyro “Kamchatka”, por la forma en que muestra cómo los adultos tratan de ocultar a los menores una realidad opresiva, a través de juegos, distracciones y otros pasatiempos, más o menos ilusionantes.
Como ópera prima, en “Los colores de la montaña” hay unas cosas que funcionan más que otras, y así los personajes centrales están mejor desarrollados que el irregular ritmo narrativo. El pequeño Manuel, el gran Julián y el entrañable Poca Luz, con su miopía de niño albino, componen un trío inolvidable. En sus correrías se mueven por un paisaje cotidiano rural, que va de una escuela que reúne todos los cursos bajo la tutela de una única maestra a un campo de fútbol en cuesta por culpa de la orografía adversa. Esa maldita inclinación del escarpado terreno es la que provoca que el balón nuevo de Manuel caiga en una hondonada donde acaba de volar un cerdo por los aires, indicando la colocación de minas explosivas en el lugar. Los críos no terminan de entender las pintadas que cubren las paredes de su escuela, aunque sí sienten que un mural artístico hecho por ellos mismos queda mucho más bonito. Ese mismo espíritu positivo lleva a Manuel a recuperar la pelota, arriesgando la vida.
Dirección y guion: Carlos César Arbeláez.
Intérpretes: Hernán Ocampo, Genaro Aristizabal, Nolberto Sánchez.
País: Colombia, 2010.
Duración: 88 m.
Género: Tragicomedia infantil.