Cara o cruz en la final de la Liga ACB
Los hombres de negro buscarán que el Barcelona arda en Miribilla
Los de Katsikaris tienen la intención de dedicar su primer triunfo de la final a la hinchada, que llenará el Bilbao Arena para llevar en volandas a los suyos.
BILBAO BASKET
BARCELONA
Arnaitz GORRITI
Igual que la Roma de Nerón, los jugadores de Bizkaia Bilbao Basket buscan esta noche que el Barcelona arda en el infierno negro de Miribilla. No queda otra. Con la eliminatoria con un 2-0 adverso, los de Fotis Katsikaris tienen que aprovechar este primer partido en casa para dilatar una serie que se ha puesto muy cuesta arriba, a pesar de los ímprobos esfuerzos de los hombres de negro por mantenerla equilibrada.
«Queremos conseguir una victoria para nuestros aficionados. Vamos a salir a por el triunfo y a darle una alegría a nuestros seguidores, que se lo merecen», declaraba ayer un Aaron Jackson que espera recuperar en su feudo el protagonismo perdido en el Palau Blaugrana, fruto del asfixiante marcaje al que lo sometieron tanto Víctor Sada como Ricky Rubio.
El base de Hartford confesaba que «tengo mucha confianza en el partido de mañana -por hoy-. Estamos mucho más cómodos jugando aquí en Miribilla, con estos aficionados. Con suerte, jugaremos mejor de lo que venimos haciendo últimamente».
El ya célebre «efecto Miribilla» aparece como ingrediente básico para que Bilbao Basket alargue el sueño del baloncesto en la capital vizcaina al menos hasta el jueves. Un experto motivador como Paco Vázquez afirmaba en la previa al partido contra el Valencia Basket que «para hacer historia como queremos se tiene que juntar el que nosotros estemos bien, con que el público esté como nunca. Todo el pabellón negro tiene que estar de negro, sólo se tienen que oír cánticos a favor nuestro y pitos al contrario. Que vengan aquí a que nazca el `efecto Miribilla', demostrar que este pabellón puede cambiar la historia y crear algo para el recuerdo».
Y a fe que lo está consiguiendo. Otro hombre curtido en mil batallas como Alex Mumbrú declaraba que «cuando el pabellón se pone al 200% y empieza a animar, es brutal. Ellos son también los que nos han llevado hasta aquí».
«Duros, no violentos»
Por otro lado, el técnico de Bizkaia Bilbao Basket, Fotis Katsikaris, quiso salir al paso de las declaraciones de su colega barcelonés Xavi Pascual. Según el técnico blaugrana, el duelo del pasado sábado fue «el más duro que recuerdo desde que estoy aquí como entrenador». Según afirmó, «el nivel de contacto ilegal ha sido elevadísimo. Prácticamente cada acción ha sido punible».
Estas palabras no gustaron en el seno de la escuadra vizcaina, de modo que Fotis Katsikaris se erigía como portavoz para alegar que el suyo «es un equipo sólido y con actitud en defensa, pero ni violento ni sucio».
«No entiendo por qué necesita mandar un mensaje a nadie. Son un gran equipo, que juega duro, y no tengo ninguna duda de que si necesitan alguna ayuda la tendrán. Nosotros jugamos con las reglas, pero con intensidad», añadió, bastante molesto.
Sobre este aspecto, Axel Hervelle se mostraba pragmático. «Es nuestro estilo de juego y a ellos no les gusta tanto. Ellos se han dado cuenta de que físicamente somos muy poderosos. lo que pasa es que tienen mucha calidad».
En opinión del ala-pívot belga, «toda la tensión del juego puede provocar reacciones extradeportivas. Son cosas que pueden pasar con la tensión y los nervios». En lo que al juego de su rival se refiere, opinaba que «la clave del Barcelona es Navarro, que siempre hace la diferencia. Pero bueno, vamos a seguir jugando igual de duro y a ver si el Barça nos gana en Miribilla».
Empezó muy bien los play offs ante el Valencia Basket, logrando 12 puntos y 4 rebotes. Pero una fisura provocada por un pisotón dejaba a Edu Hernández-Sonseca fuera de combate hasta esta final. Por fin, el pívot madrileño podrá aportar sus 212 centímetros y su intimidación, algo impagable ante la inagotable batería de pívots del Barcelona.
«Está claro que los centímetros ayudan, pero lo que he de pensar ahora mismo es en aportar lo máximo que pueda, sean diez segundos, un minuto o lo que sea, no tanto en poder defender a los pívots rivales, en lo que mis compañeros están haciendo un buen trabajo», apuntaba el espigado pívot de Aranjuez.
Amén de sus compañeros bajo los aros, que están llegando bastante agobiados a los finales de partido, el propio jugador reconoció que fuera «se pasa mal». «Hay buenos momentos y también malos, sobre todo cuando un compañero necesita descanso y no puedes dárselo». A. G.
Rozando el paroxismo, el Bizkaia Bilbao Basket no sólo pide a sus aficionados que vengan vestidos de negro, sino que añade a su petición para que vengan con gafas de sol, completando el atuendo de los «men in black».