Tras cinco meses de negociaciones, el primer ministro libanés, Najib Mikati, anunció ayer la formación de un nuevo gobierno de treinta ministros en el que Hizbullah tendrá un papel relevante. «Hemos superado los obstáculos y nos vamos a poner a trabajar enseguida», señaló Mikati. Hizbullah y sus aliados, incluido el cristiano Michel Aoun, cuentan con la mayoría de las carteras (19), y el resto (11) se lo reparten los partidarios del presidente de la república, Michel Sleimane, de Mikati y del líder druso Walid Joumblatt. Pero poco después, el druso Talal Arslan renunció a la secretaría de Estado que le habían asignado, ya que esperaba un ministerio, y sus partidarios se lanzaron a las calles a protestar.

El nuevo gabinete está boicoteado por el partido del ex primer ministro Saad Hariri, que ahora estará en la oposición.

El pasado 12 de enero, Hizbullah y sus aliados retiraron sus ministros del gobierno de Saad Hariri, por las tensiones que causó la investigación de la ONU sobre la muerte del primer ministro Rafic Hariri, padre de Saad. Le partido chií, que fue acusado del atentado por el Tribunal Especial para Líbano, reclamó que se desestimaran las conclusiones de este tribunal

Aunque ha sido nombrado gracias al apoyo de sus diputados, Mikati rechaza presentarse como «el hombre de Hizbullah» subrayando su autonomía política. Amigo personal del presidente sirio, Bashar al-Assad, Mikati fue ministro de Obras Públicas entre 1998 et 2004. Dirige un pequeño imperio empresarial con más de un millar de empleados. La revista «Forbes» estima su fortuna en 2.500 millones de dólares.

Su nombramiento en 2005 para poner fin a la crisis tras el atentado que mató al que fuera primer ministro Rafic Hariri. fue bien acogido en occidente pero ahora suscita suspicacias y EEUU afirma que juzgará al Gobierno libanés «por sus actos».