GARA > Idatzia > Iritzia> Txokotik

Ainara Lertxundi | Periodista

Calderón, en deuda con su pueblo

El 98,5% de los delitos quedan sin castigo en México, según un estudio del Instituto Tecnológico de Monterrey. La confianza de los mexicanos en el sistema policial y judicial es casi nula, lo que lleva a que sólo se denuncie uno de cada cinco delitos.

El Índice Global de la Paz que cada año elabora el Instituto Para la Economía y la Paz califica de «bajo» el nivel de paz existente en el país azteca. Entre los parámetros que utiliza para evaluar a cada país, 149 en total, están el grado de militarización, de impunidad o de corrupción.

Si en 2007 ocupaba el puesto número 79, en 2010 pasó al 107, lo que indica un progresivo empeoramiento de la seguridad. Los datos son escalofriantes. Desde que Felipe Calderón asumió el poder en 2006, se han producido casi 40.000 muertes violentas. Las víctimas pertenecen a diferentes estratos sociales aunque, como siempre, es la población más vulnerable -mujeres, niños, excluídos, indígenas...- los que se llevan la peor parte.

Los mexicanos de a pie han tenido que pasar por muy difíciles pruebas. En 1985 tuvieron que afrontar un devastador terremoto. Lo hicieron con solidaridad, ayudándose unos a otros en lo que podían y, sobre todo, organizándose. Entonces, el Gobierno también mandó al Ejército a los lugares siniestrados con la excusa de garantizar la seguridad.

Ahora, hartos de tantas muertes y de tanta pasividad, también han decidido pasar a la acción colectiva y salir a la calle al grito unánime de «¡Estamos hasta la madre! No más sangre!». El pasado día 10 llegaron a Ciudad Juárez después de recorrer varios estados. En esta ciudad tan sacudida por la violencia firmaron un pacto simbólico por la paz, un canto contra una guerra «hipócrita y estúpida», contra los estados de sitio encubiertos y contra el temor generalizado.

Fue una iniciativa más entre otras tantas ante un gobierno que, de cara a la galería, presenta planes estrella pero que, en el día a día, ni investiga ni castiga los crímenes, ni los vínculos de los políticos con el negocio de la droga. Calderón tiene, por tanto, una deuda pendiente con su pueblo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo